Por Silvia del Valle
Se llegó el tiempo donde la participación ciudadana se vuelve pieza clave para el
futuro de nuestro país.
Es claro que existe una confusión provocada por el exceso de información no
siempre fundamentada o tomada de fuentes confiables, lo que ha generado
fastidio o poco interés por todo lo que tiene que ver con nuestro gobierno y los
procesos que giran a su alrededor, convirtiendo el tema en tabú.
Cada país tiene los gobernantes que se merece, es por esto que nosotros
debemos ser agentes de cambio en nuestra sociedad y tener mejores gobernantes
que busquen en todo momento el Bien Común.
Para esto tenemos la ayuda de la Doctrina Social de la Iglesia para saber cómo
actuar en este tipo de circunstancias y de nosotros depende prepararnos para
saber qué hacer para participar y colaborar para obtener ese Bien Común tan
necesario en nuestra sociedad, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.
Primero. Conoce la Doctrina Social de la Iglesia.
Según el compendio de Doctrina Social de la Iglesia, el católico debe saber que
“puede encontrar en el compendio de Doctrina Social de la Iglesia los principios de
reflexión, los criterios de juicio y las directrices de acción como base para
promover un humanismo integral y solidario”.
Que iluminados por ella, sean capaces de interpretar la realidad de hoy y buscar
caminos apropiados para la acción. (Num. 7)
Este documento pretende presentar, de manera completa y sistemática, aunque
sintética, la enseñanza social, es decir, el magisterio que la Iglesia nos ha dado
en materia social.
Es muy fácil obtenerla ya que está disponible en las librerías católicas y en
internet, especialmente en la página del vaticano https://www.vatican.va/content/vatican/es.html
vaticano, www.vatican.va así podemos
estudiarla y reflexionarla para poder aplicarla en la vida cotidiana.
También existen cápsulas en video y en audio donde algunos expertos en la
materia nos ayudan a entenderla mejor.
Segundo. Ten claro el concepto de participación y sus límites.
El mismo documento nos dice: “Consecuencia característica de la subsidiariedad
es la participación, que se expresa, esencialmente, en una serie de actividades
mediante las cuales el ciudadano, como individuo o asociado a otros, directamente
o por medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural,
económica, política y social de la comunidad civil a la que pertenece.
La participación es un deber que todos han de cumplir conscientemente, en modo
responsable y con vistas al bien común.
Se hace imprescindible la exigencia de favorecer la participación, sobre todo, de
los más débiles, así como la alternancia d ellos dirigentes políticos, con el fin de
evitar que se instauren privilegios ocultos; es necesario, además, un fuerte
empeño moral, para que la gestión de la vida pública sea el fruto de la
corresponsabilidad de cada uno con respecto al bien común”. (Num 189)
El límite es claro, nuestra conciencia nos puede decir con claridad que debemos
hacer todo lo posible para que nuestra participación colabore para obtener el bien
común.
Por otro lado, es necesario que nuestros hijos aprendan de nuestro testimonio la
participación ciudadana, sin depender de lo que se nos promete o de lo que nos
da miedo.
Tercero. Participación y democracia.
Según el documento, la participación en la vida comunitaria no es solamente una
de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitarse libre y
responsablemente el propio papel cívico con y para los demás, sino también uno
de los pilares de todos los ordenamientos democráticos, además de una de las
mejores garantías de permanencia de la democracia. El gobierno democrático, en
efecto, se define a partir de la atribución, por parte del pueblo, de poderes y
funciones, que deben ejercitarse en su nombre, por su cuenta y a su favor; es
evidente, pues, que toda democracia debe ser participativa. Lo cual comporta que
los diversos sujetos de la comunidad civil, en cualquiera de sus niveles, sean
informados, escuchados e implicados en el ejercicio de las funciones que ésta
desarrolla. (Num 190)
Muchas veces nos quejamos que las cosas en el país están muy mal, que la
economía está pésima, que ya no alcanza para nada, que la inseguridad está
terrible, etc., sin darnos cuenta de que nosotros jugamos un papel importante en la
solución de estos y otros muchos problemas si nos decidimos a participar en la
toma de decisiones, si como ciudadanos responsables, ejercemos nuestro
derecho al voto, libre y responsable.
Cuarto. Conoce las opciones que tienes.
Es necesario conocer las plataformas de los partidos y también las propuestas de
los candidatos ya que muchas veces no son tan coherentes.
Hablando de coherencia es bueno también investigar un poco de su participación
ciudadana para ubicar su forma de actuar y analizar si contribuye a la procuración
del Bien Común.
Aún tenemos tiempo de informarnos para elegir la mejor opción
En el caso de que ninguna de las opciones llene por completo nuestras
expectativas, es necesario de todas formas ir a votar, pero ahora por la opción que
genere el mayor bien posible.
Un voto no ejercido es un voto regalado a los que están en contra de la
democracia y que buscan por todos los medios que la gente no ejerza su derecho
y obligación de votar por sus gobernantes, por aquellos que nos representarán
para la toma de decisiones en nuestro país, por lo tanto, lo único que no podemos
hacer es no votar.
Y quinto.
Ubica el lugar de tu casilla y prepárate para ir a votar.
Muchas veces nos pasa que no tenemos idea de a donde estará la casilla que nos
toca por eso es necesario buscarla con tiempo, ubicarla muy bien, preparar
nuestra credencial de elector y asegurarnos de llevarla.
Se que ir a votar implica invertir nuestro tiempo haciendo fila, esperando parados y
con el calor tan fuerte que se está sintiendo, pero debemos hacer conciencia de
que nos estamos jugando el futuro del país y que nuestra participación ciudadana
es un deber para contribuir al Bien Común.
El futuro de nuestro país, la seguridad y tranquilidad de nuestros hijos y nuestra
familia dependen de que participemos y ejerzamos nuestro voto.
Yo sí me comprometo a participar y a elegir consciente, libre y responsablemente
a los que quiero que nos gobiernen. Y tú ¿te quedarás de brazos cruzados?