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Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo. – En el transcurso de la semana, es importante hacer un espacio para ir a la Iglesia, visitar al Señor, sin que sea una obligatoriedad como la misa dominical, recomendó el padre E. Linares Romero, L. C., vicario de la parroquia de Cristo Rey en Cancún.
Darse el tiempo para ir a Misa, es dar lo que cada persona esté en disponibilidad de ayudar, no sólo para dar el diezmo, si no para dar parte de su tiempo, precisó.
Como la mujer del Evangelio que al dar su única monedita de escaso valor y que, era lo único que tenía para vivir, dio más, al dar lo que le faltaba y no lo que le sobraba. Si bien acudir a Misa entre semana, es un sacrificio, bien vale la pena dar parte de ese tiempo valioso al Señor, a su Iglesia, no solo en las misas dominicales que son obligatorias. El padre E. Linares Romero, nació un 13 de julio de 1962 en Puebla, Pue., segundo de siete hermanos; sus padres Ezequiel Raúl Linares y María Antonieta Romero.
Vocación, estudios y trabajo pastoral
Su vocación al sacerdocio surgió desde que estaba en el vientre materno de su madre, durante la concepción, porque es el Señor quien suscita toda vocación. Sin objeción alguna, recibió todo el apoyo de sus padres, cuando les manifestó su deseo de ingresar a la Legión de Cristo, a la edad 20 años en 1983.
Por tres años, estudió el Noviciado en Salamanca, España; luego regresó a México donde permaneció tres años para estudiar Filosofía y volver a Roma, a estudiar Teología. Un 24 de diciembre de 1997, es ordenado sacerdote en Roma. Desde que el 2011 es vicario de la parroquia de Cristo Rey, calle Margaritas en Cancún.
Las preocupaciones impiden hacer la voluntad de Dios
Al sentirse acogido en las manos de Nuestro Señor Jesucristo, como dice el Evangelio: -no os preocupéis–, palabras que le hacen seguir al Señor, y dar un servicio donde sea requerido, en espera de ayudar a la comunidad, de ahí la importancia de olvidarse de las preocupaciones que impiden hacer la voluntad de Dios. Le agrada palpar, sentir la sencillez y apertura de la gran cantidad de fieles que asiste a las actividades litúrgicas a la céntrica comunidad parroquial, concluyó el padre E. Linares Romero, L. C.