Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo. – Como parte fundamental de la Iglesia, estamos llamados a desarrollar la santidad, la amistad y a construir una sociedad más justa, recordó el padre José Luis Laris Maure, L. C., párroco de la iglesia Virgen de San Juan en Cancún.
La Iglesia convocada por Cristo debe dar testimonio de vida cristiana, transmitir el amor de Dios en una sociedad atea que quiere imponer la ley del aborto y eliminar la objeción de conciencia, precisó.
Un año especial para profundizar las virtudes de San José, padre adoptivo de Jesús y de la Iglesia que enseña la humildad, el servicio, la oración y aspirar a ser parte de una comunidad formada en una familia donde reine la caridad, el servicio, el perdón y el ejemplo de la Sagrada Familia, en lo que hoy es la Diócesis Cancún Chetumal. El padre José Luis Laris Maure, L. C. nació el 15 de julio de 1968 en la Ciudad de México segundo de cuatro hijos, tiene un hermano gemelo. Sus padres Jorge Eduardo Laris Casillas y Georgete María de la Luz Georgina Maure. Su nacimiento fue complicado y prematuro, porque al nacer unido por el corazón a su hermano, su familia lo creyó muerto. Su abuelita Carmen en la capilla, ofreció al Señor, “uno para ti y otro para nosotros”. Gracias a esa oración, la petición fue escuchada. Hoy, viven los dos, pues su hermano gemelo es un hombre de bien, casado con cuatro hijos.
Vocación, ordenación, trabajo pastoral
A sus 12 años sintió el llamado, cuando en un Colegio de Estados Unidos, la maestra, le preguntó en inglés, ¿quieres ser sacerdote?, respuesta afirmativa de la que no se arrepiente. Explicó que a su papá no le agradó mucho la idea, pero que finalmente accedió y le dio permiso de ir a estudiar Humanidades a Salamanca, España. Mientras que en Roma estudió Filosofía, hizo sus prácticas apostólicas en Brasil, para luego regresar a Roma a estudiar Teología. Recibió la ordenación con 44 sacerdotes, un 22 de diciembre de 2001 en Roma, de manos del Cardenal de Milán Monseñor Ugo Poletti.
Prestó sus servicios por 10 años en la parroquia de Guadalupe en Brasilia; capellán en el Colegio Everest, en Río de Janeiro. En 2011 recibió la noticia de su trasladó, el cual se dio después de una peregrinación a la Montaña de Nuestra Señora de la Peña en Río de Janeiro, para orar a la Virgen, cuando, encontró a una señora que le obsequió una estampita, y descubrir la señal esperada, después de algunos problemas surgidos por aquellos años. Por seis meses apoyó a Monseñor Jorge Bernal, hoy obispo emérito, en Chetumal. Llegó a la parroquia Virgen de San Juan en la súper manzana 501, manzana 17, lote 12, fraccionamiento Paraíso Maya en Cancún, un 9 de septiembre de 2012, día del Santo Nombre de María, con la encomienda de construir la parroquia y hacer comunidad.
Información que ayude al creyente en su formación y transformación
Las cosas de Dios, surgen con obstáculos para crecer, de ahí que el Señor siempre manda los recursos. Esto es porque la pandemia, retrasó el concluir la iglesia y construir una Casa de Ejercicios espirituales que alberge un promedio de 30 personas, como lugar de descanso, los fines de semana, con una adecuada infraestructura y material para que los laicos organicen sus retiros. Le preocupa que la gente no ame a Cristo, se olvide de buscar el amor y se estanque en su crecimiento espiritual, que no se desarrollen por sí mismos y que olviden sus enseñanzas, catequesis, predicación. Le agrada ver el crecimiento en la fe, el amor con obras y palabras, que la gente desarrolle sus carismas y espiritualidad.
Hoy, el desafió de la Pastoral de Comunicación, radica en informar a la sociedad con noticia de actualidad, veraz, objetiva, de ahí la importancia de dar continuidad y apoyo a la versión digital del periódico de la diócesis como un medio para la catequesis y evangelización, que interese, a la sociedad con temas intelectuales, e información que ayude al creyente en su formación, transformación y evitar sea presa fácil de las sectas, del paganismo, de las drogas y de la cultura de la muerte, concluyó el padre José Luis Laris Maure, L. C.