Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo. —– Solo basta confiar en Dios, para entregarse comprometido a dar abundante fruto de servicio a la Iglesia, y poder lograr paz en el espíritu, señaló el párroco de la iglesia San Miguel Arcángel en Cancún, padre Gerard A. I. O´Hara, L. C.
San José enseña ser responsables, sólidos y silenciosos en el trabajo, como lo hizo al tener bajo su cuidado a la Sagrada Familia, precisó.
De la misma manera, en esa búsqueda de la unidad, animada por la fe, se consolidará la estructura de la nueva diócesis, y como un deber de la comunidad parroquial es conocer el funcionamiento de las pastorales en esa búsqueda del Señor, con las enseñanzas que dejo San José. El padre Gerard A. I. O´Hara, nació un 25 de septiembre 1965, en Edmonton, Alberta Canadá, mayor de tres hermanos, Francis O´Hara y Walburga Wiedemann. Tiene cuatro hermanos mayores adoptados por sus padres.
Vocación, estudios y trabajo pastoral
La cercanía y el respeto que la gente sentía al sacerdote, es que desde que cursaba cuarto de primaria que participó de monaguillo en la Catedral, al lado de todo el grupo, con quienes hizo la Primera Comunión, por su deseo de apoyar en misas, funerales. Al cumplir 25 años surgió la oportunidad de tomar un retiro vocacional con los Oblatos de María Inmaculada con una luz de esperanza que le dio tranquilidad, cuando sus padres le preguntaron, para animarlo: —¿sigues en una posibilidad? —, —hay que decidir, no puedes dejarlo sin enfrentar el problema. —
Un 7 de agosto de 1992, enamorado del Señor, respondió —aquí quiere Dios que yo esté, aquí voy a crecer, aquí puedo florecer—. Inició su vida espiritual, de silencio, luego de regresar de Medjugorje. Le impresionó las palabras de un Legionario que le habló de la solidez en la formación, sencillez, pobreza, de la fidelidad al Papa, lo que le ayudó en el retiro a sentir la apertura a la voluntad de Dios, sin temor.
Por la cercanía a su onomástico, recuerda, que le envió un mensaje al director de Novicios, —me pongo triste porque es mi cumpleaños y no puedo hacer nada—, y obtener por respuesta —que bien, ofrécelo—. Para la víspera de San Miguel recibió la sotana de novicio, y el 4 de octubre de 1992, estudió en el Santuario Diocesano Getsemaní, al norte de Italia. Continúo con Filosofía en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum en Roma. Por 12 años hizo prácticas apostólicas, en la coordinación de vocaciones, retiros, información. Regresó a Roma a continuar la Teología. Un 1 de julio de 2002 es ordenado diácono de manos de Monseñor Fisichella. Para la Nochebuena del 24 de diciembre de 2002, recibió la ordenación con 44 sacerdotes de manos del Cardenal Monseñor Leonardo Sandri. Hizo estudios de Teología Moral, con Diplomado en Bioética. Egresado de la Universidad de Alberta con estudios de matemáticas y computación en la Universidad de Toronto.
Con 11 meses de experiencia sacerdotal, llegó a la entonces Prelatura de Cancún Chetumal un 20 de noviembre de 2003, designado por Monseñor Jorge Bernal (obispo emérito), como vicario por cuatro años del Santuario de Guadalupe, para aprender normas, modos de proceder, criterios, trabajar en equipo, dar atención a enfermos de gravedad, defunciones y que no se debe proselitar a otros grupos ni robar integrantes. Vicario de la parroquia de Fátima, es enviado a San Miguel Arcángel, entre las avenidas Niños Héroes y Leona Vicario en la calle 107 enclavada en la Supermanzana 220, Manzana 42, lote 4 de esta ciudad. En 2009 la entonces capilla es elevada a parroquia.
Dar a conocer de la Iglesia, una labor del periódico
Le preocupa la escasa participación de los niños en grupos apostólicos, en especial a quienes por la pandemia no de acercan a la formación del catecismo, para recibir el Sacramento de la Eucaristía, Confirmación. Así como el problema de que muchos pequeños han perdido la relación con su parroquia y la amistad con Jesucristo, que les haga sentir la cercanía y experiencia en la oración. De ahí la insistencia de buscar la manera de dar a conocer la formación del aprendizaje que los haga florecer. Lo que le agrada la fidelidad de la gente que se siente orgullosa de su parroquia, de la cercanía con las capillas separadas unas de otras solo 500 metros de distancia, comunidades con características de crecimiento propio. Su recomendación para los medios católicos, de la Pastoral de Comunicación, es que transmitan, motive con ideas y tácticas a dar seguimiento a las actividades de las comunidades que, si funcionan, concluyó el padre Gerard A. I. O´Hara, L. C.