«Con base en pruebas genéticas, se confirmó que el tejido es de origen humano».
¡Este es un asombroso milagro eucarístico!
El 25 de diciembre de 2013, durante la Misa de Navidad en el Santuario de San Jacinto en Legnica, Polonia, ocurrió un extraordinario evento.
Durante la comunión, una hostia cayó al suelo. Siguiendo las instrucciones que la Iglesia indica para respetar la Sagrada Eucaristía, el sacerdote colocó la hostia en agua bendita para que se disolviera.
Dos semanas después, la hostia no se había disuelto completamente y en su superficie apareció una sustancia roja. El entonces obispo de Legnica, Mons. Stefan Cichy, estableció una comisión para investigar el “fenómeno”.
El sucesor del obispo Cichy, Mons. Zbigniew Kiernikowski, reconoció el milagro en 2016 y emitió una declaración sobre los resultados del análisis realizado por el Departamento de Medicina Forense:
“En la imagen histopatológica se encontraron fragmentos de tejido, los cuales contenían partículas fragmentadas de tejido muscular estriado. Toda la imagen […] es muy similar a la de un músculo cardíaco […] que muestra cambios típicos de una agonía. El ADN muestra que el tejido es de origen humano”.
¡Fue un milagro eucarístico de Navidad!
El obispo instruyó al párroco del Santuario de San Jacinto, P. Andrzej Ziombra, a preparar un lugar adecuado para un relicario destinado a la veneración pública. Desde entonces, se han presenciado innumerables historias de conversión gracias a este milagro eucarístico.
En una entrevista con EWTN en 2020, el P. Ziombra señaló:
“Mi tarea es recabar información sobre curaciones milagrosas, conversiones o temas relacionados con el movimiento de peregrinaje, y ya es visible que hay conversiones milagrosas, hay curaciones milagrosas…”.
“Hay una persona en nuestra parroquia que ha sido hostil a la Iglesia toda su vida e incluso luchó contra ella. Quien también cometió varios delitos.
De manera inexplicable y extraordinaria llegó a casa, quiero decir que Dios lo convirtió y después de 50 años se confesó y recibió su primera Comunión. Y de hecho, cambió radicalmente su vida, su actitud hacia Dios, y se convirtió en un ferviente creyente”, afirmó el P. Andrzej.
Esta es solo una de las muchas historias de conversión resultado de este milagro eucarístico.
“Todo esto es también para mí una señal, una confirmación de que Dios ha enviado este impulso a todo el mundo, para que todo el mundo medite en el milagro eucarístico en Legnica y pregunte: ‘¿Qué quiere decirme Dios a través de este signo?’” concluyó.
El milagro eucarístico de la Navidad de 2013 nos recuerda tres grandes verdades en Cristo: un Dios que se encarnó y nació como un bebé, un Dios que se entrega a nosotros en el sacrificio de la Cruz, y un Dios que nos espera en la Eucaristía.
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