Konaté Hernández

Cancún, Quintana Roo. – Es prioridad fortalecer la cercanía, cohesión, ternura de los cónyuges, en su vida familiar, consideró el padre Dativo Recio Lahera, L. C., párroco de la iglesia Nuestra Señora del Carmen en Cancún. 

Abrirse a la gracia para recuperar el fuego del amor autentico, de la pasión de no perder la ilusión y el entusiasmo entre padres e hijos, recomendó.

Fortalecer la fe, hacer crecer el vínculo de cohesión, mantener la unidad familiar, cercana a los Sacramentos, la gracia y la vida de santidad, prioridad que debe prevalecer este año de San José, la Familia y de la Iglesia. El padre Dativo Recio Lahera, L. C., nació el 6 de diciembre de 1956, en Santa Cruz de Retamar en la provincia de Toledo, comunidad autónoma de Castilla–La Mancha, menor de dos hermanos, sus padres don Juan Recio (+) y doña Francisca Lahera, acaecida el 23 de abril de 2021, en su natal España.

Vocación, estudios y trabajo pastoral

“Lo que tú quieras, cuando tú quieras, cómo tú quieras y durante todo el tiempo que tú quieras” frase de la monja carmelita María de las Maravillas de Jesús, que le ayudó a ser dócil, humilde y encontrar la paz. Sin objeción recibió el apoyo de sus padres al manifestar su vocación, con la recomendación de su hermana –si quieres no te vayas lejos, quédate por aquí cerca– esto porque la Legión de Cristo no era conocida. En 1974 el padre Bryan Sterson llegó al colegio a invitar a conocer el seminario en Salamanca. Para 1978 un sentimiento embargo su vida, transformándola, –si Cristo murió por mí, ¿cómo le puedo pagar? –, después de que un sacerdote le diera la absolución, al imponerle las manos sobre la cabeza.

Entre 1979–1980 estudió el noviciado e hizo sus votos. Era común que los padres se hicieran acompañar de religiosos para enseñarles los ritos de la celebración, liturgias, dar catecismo, clases, etc., por lo que entre 1980–1984, llegó a Cancún en apoyo de la construcción y consagración de la iglesia de Lourdes; estuvo en Chetumal, Isla Mujeres, un mes en Tihusuco. Al terminar las actividades disfrutaba de la atractiva alberca a un costado de la casa de las Madres de la Luz. Fue prefecto de disciplina de un colegio en Saltillo, Coahuila.

En 1986 inició filosofía en la Universidad Gregoriana en Roma. Teología en la Universidad de los Dominicos, entre 1987–1988. Interrumpe sus estudios, al recibir una carta para ocuparse de la prefectura de disciplina en Tlalpan entre 1989–1990, a regañadientes, accedió, con las palabras –o vas o te vas–. En un arrebato cuestionó al superior, –aquí vengo porque no me quieren–, con la respuesta de –oye ¿tú quieres ser sacerdote?, porque hay reportes de un carácter fuerte–, –si no quisiera, ya me hubiera ido, claro que quiero ser, pero creo que, con el freno pisado, solo trabajo en vez de estudios–. Estaba previsto que recibiera la ordenación entre 1995–1996. Al regresar a Roma continuó teología en el colegio de la Legión. Se ordena diácono un 29 de junio de 1993, fiesta de San Pedro en Roma. La ordenación sacerdotal la recibe un 17 de agosto de 1993 en unas vacaciones de verano en Sorrento, Italia, de manos del Cardenal Miquel Jordano.

Trabajó en la búsqueda de vocaciones en Curitiba capital de Paraná, estancia difícil en Brasil, al tener dificultad con el idioma y las distancias, debido a que no sabe manejar. Llegó a Cancún en mayo 1995. Prestó servicios en Corpus Christi, Lourdes, Cristo Rey, Capilla Inmaculada Concepción 228, lugares a los que accedía en transporte público. En agosto de 1995, en Cotija, Michoacán recibió nombramiento de párroco de la iglesia del Carmen en avenida Puerto Juárez (Talleres), Región 90, Manzana 8 lote 1, zona verde en Cancún, cargó que ocupa un mes después. “La primera novia nunca se olvida”.

Difusión de viva voz y entusiasta del sacerdote

Con 26 años en la parroquia le preocupa integrar al rebaño a deportistas que juegan por las noches en el parque, consolidar la estructura de caritas, tener una comunidad viva y dinámica con apostolados como Movimiento Familiar Cristiano, un reto grande tras la visita canónica que realizará el obispo. Le agrada la disponibilidad y participación de los fieles, como de “Chepo”, joven con deficiencia de habla, que participa en las misas, canta y ora a su manera y los sabios consejos de una “viejecita”, que en la actualidad sigue las transmisiones en vivo a causa del virus Sars CoV-2. Los medios son el lenguaje del futuro, aunque hay una sobredosis informativa, por lo que el periódico Sagrada Familia, debe dar a conocer temas de calidad, no empalagosa, ni pesada con capsulas, de contenido atractivo, que cautive, impacte y alimente su espíritu, y una difusión de viva voz, entusiasta del sacerdote que anime al lector a buscar su lectura, así como anuncios, carteles, flayers, repartir volantes, difundir en redes sociales, concluyó el padre Dativo Recio Lahera.

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