Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo. – Como un deseo divino y una inspiración de Dios, nació la Iglesia para existir y permanecer en el mundo, comentó el Vicario de la Catedral Santísima Trinidad en Cancún y Canciller de la Diócesis Cancún Chetumal, el padre Reineris Herazo Julio.
Seguir el ejemplo de la familia de Nazareth es importante, para que las familias vivan su fe al interior del corazón con la mirada fija en la Sagrada Familia, precisó.
Una triple gracia concedida por el Señor celebrar el Año de la Iglesia una inspiración del Espíritu Santo, imitar a la Sagrada Familia y seguir el modelo de San José. Un ejemplo a seguir que los padres deben de dar para a sus hijos con una enseñanza adecuada y establecer en el seno familiar el amor enlazado al Señor, con San José como guía, trabajador, justo, defensor, prudente en quien los varones vean un modelo de hombre. El padre Reineris Herazo Julio, es el cuarto de siete hermanos, nació el 25 de agosto de 1986 en Santiago de Tolú, cerca de Cartagena, Colombia, en un hogar formado por don Eligio Herazo Escobar y doña Idalides Julio Barrios.
Vocación, estudios y trabajo pastoral
Invitado por un sacerdote, participó en un grupo juvenil parroquial mientras estudiaba Artes Escénicas en Bellas Artes. Descubrió su inquietud al sacerdocio, en una experiencia misionera durante un mes a las afueras de Bogotá, donde sintió que Dios quería algo de él, lo que aceptó con temor e incertidumbre, vacilante en su corazón. Por tres años estudio filosofía y uno de propedéutico en la Universidad Minuto de Dios en su país. Tres o cuatro años después, su madre comprendió su vocación, cuando iba de vacaciones, y verlo partir le causaba dolor. Además de los duros cuestionamientos familiares, al sospechar de los escándalos de sacerdotes, de la Iglesia, lo que reafirmó su convicción a su vocación. Aun siendo de una familia practicante en la fe católica que solo asistía los domingos, celebraciones especiales, Semana Santa, Navidad, Año Nuevo.
Pero descubrió que su vocación no era con los misioneros por lo que en su intento de dejar el seminario y hacer una maestría en Cultura e historia, tuvo la oportunidad de conocer al padre Mario González Gutiérrez, L. C., ex párroco de la Parroquia Virgen de San Juan en Cancún, al recibir su ayuda, tranquilizó su corazón y poner su alma en paz, logró discernir el llamado. Hace 10 años llegó a Quintana Roo, recibió la invitación del obispo para hacer la experiencia parroquial por un año y valorar su vocación, al cabo de ese tiempo se re-enamoró del llamado y afianzó vivir en la intimidad con Dios. Por cuatro años estudió Teología en el Seminario de vocaciones adultas en Cristo Rey en Texcoco. Una experiencia de madurez con la oportunidad de conocer el país, a través de sus hermanos seminaristas, valorar las diferencias y las grandes aportaciones de cada región. Regresó a Quintana Roo a colaborar en la Pastoral Vocacional entre 2016-2017 enamorado de la misión, enseñó a jóvenes, adolescentes, niños en campamentos, retiros, pre-seminarios, encuentros vocacionales.
Fortalecer el corazón con la Buena Noticia
Por la exigencia, realidad y necesidad de maestros cualificados en el Seminario Mayor, estudió Teología Bíblica en la Universidad Pontificia de México en la capital del país, carrera que culminó en 2020, y regresar a colaborar en la Diócesis como canciller e impartir clases de Sagradas Escrituras. Es ordenado diácono transitorio un 25 de julio de 2017 en la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México y sacerdote un 3 de mayo de 2018 en Cozumel durante el jubileo por los 500 años de la primera misa de manos de Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas. Desde junio de 2020 es vicario de la Catedral Santísima en avenida Puertos entre avenidas Kabah y La Costa en la supermanzana 33, manzana 1, lote 2 en Cancún.
Al tener la oportunidad de hacer visitas canónicas con el obispo y los padres Luis Canul y Mario González, ecónomo y vicario de pastoral respectivamente, conoció la realidad de la diócesis, con un 80 por ciento aproximado de recorrido, experiencia que le ayudó a valorar lo que se ha hecho durante estos 50 años como Prelatura y fortalecer las bases en la nueva Diócesis, para vivir la fe, identificar y convencer lo que es la Iglesia, como inspiración nacida del corazón y deseo de Dios de existir y permanecer. Le preocupa el elevado índice, aunque sin precisar el porcentaje de gente que por flojera o pasividad espiritual no tiene el hábito de la lectura de la Biblia, una crisis de desconocer la Palabra y la voluntad divina. Le agrada la bondad, nobleza de la gente que valora al sacerdote, escucha y recibe la bendición, por lo que se esfuerza en preparar sus homilías, dar atención y dirección espiritual en las confesiones. Finalmente, en una sociedad repleta de malas noticias, corrupción, asesinatos, secuestros, depravación, agradece que el equipo de pastoral difunda, fortalezca el corazón del lector, nutrirlo de esperanza y llenar el deseo de dar a conocer las buenas noticias, concluyó el padre Reineris Herazo Julio.