Konaté Hernández

Cancún, Quintana Roo, a 21 de abril de 2021. – La trascendencia del Evangelio, es la influencia ejercida por Jesús en la vida de cada persona que busca la santidad, señaló el padre José Antonio Barco Villanueva, L. C., vicario de la parroquia San Miguel Arcángel en Cancún.

Importante aprovechar la oportunidad de celebrar este año de la Iglesia a la familia y a San José que nos ayude a buscar la santidad en la Sagrada Familia, precisó.

La presencia de Dios es un renacer a la vida espiritual, con un buen comportamiento para evitar las angustias, divisiones, distanciamiento en familia, de ahí que, a ejemplo de San José, la Santísima Virgen y Jesús es necesario hoy más que nunca, fomentar los valores espirituales, estrechar lazos familiares. El padre José Antonio Barco Villanueva, L. C., nació un 12 de noviembre de 1946 en Calahorra, autonomía de la Rioja España. Segundo de cuatro hermanos, hijos de doña María Luisa Villanueva y don Agustín Barco.

Vocación, estudios y trabajo pastoral

Desde niño se relacionó con las cosas de la Iglesia, el catecismo, el crucifijo frente del colegio, lo que provocó que “Diosito” entre en su vida por todos lados. Su vocación surgió en un ambiente de unidad y apoyo, entre los 7 años. Cuando terminó la guerra civil española en 1939, era una época de gran sensibilidad a la figura del sacerdote. Después de que su padre participara como militar, recibió la enseñanza del amor a la Patria los valores familiares, una época que las familias estaban dispuestas a reponer los hijos que perdieron la vida.

Entre los 11 o 12 años, ingresó al seminario, donde tuvo la oportunidad de recibir la enseñanza de sacerdotes jóvenes que le contagiaron entusiasmo, y ayuda en su formación y estudios en el Centro Vocacional, en el seminario menor de Santander España, para continuar en Salamanca, Roma, y hacer su experiencia pastoral en el Seminario de Tlalpan, México. Es ordenado sacerdote un 24 de diciembre de 1975, de manos del Cardenal Monseñor Eduardo Francisco Pironio, en la Basílica de Guadalupe de Roma.

Ya como sacerdote, dedicó 20 años a la formación de adolescentes, en un ambiente familiar de vigilancia, apoyo, enseñanza de valores, virtudes y retos. La juventud es una época especial donde se capta el aprendizaje. Con retos que ayudan a desarrollar y adquirir habilidades, para toda la vida, aunque muchos no decidan ser sacerdotes. Rector, subdirector de seminarios menores, asesor, director espiritual de colegios de niños. Llegó a Quintana Roo en 2015, como vicario de las parroquias de Cristo Rey, San Juan en Cancún y de las parroquias de Fátima y Guadalupe en Playa de Playa del Carmen. Desde 2018 es vicario de la parroquia de San Miguel Arcángel, en calle 107 entre las avenidas Niños Héroes y Leona Vicario, Supermanzana 220, manzana 42, lote 2 en Cancún y de sus capillas San Juan de Dios fraccionamiento los Héroes, Cristo Buen Pastor Supermanzana 221 y Centro Catequético Santos Mártires Mexicanos, donde apoya, anima a los apostolados y al párroco.

Presencia moral, espiritual representa el “periodiquito” en las familias

Preocupante es la falta de raíces, formación, educación, valores familiares, evangelización, y la inconstancia de la gente para dar continuidad al alimento espiritual. Y es que algunas personas sólo ven en la Iglesia un dispensador de sacramentos, acción de gracias como una mera costumbre, como si de artículos, lo que evitaría los roces de la vida, malas influencias. Le preocupa la invasión de templos, sectas, que con mochila y sombrilla hacen visitas “amistosas, que resultan engañosas”. Hay una gran indiferencia espiritual, con el incremento de ateos, que se multiplican, y de ser propensos a seguir falsas creencias esotéricas. Le agrada la comunidad, presencia de fieles que buscan a Dios de corazón, ver a las familias agradecidas por el don de la vida como algo digno de defender, a los niños traviesos, inquietos que siguen las indicaciones de sus papás. Los apostolados, la catequesis, las pláticas pre–sacramentales donde se encuentra gente hermosa, buena que cultivan la verdadera amistad en la parroquia. Una presencia moral, espiritual, sentir el fuerte reflejo que deja la familia de Nazareth, en la alegría de vivir con amor como anticipo del cielo y antesala del paraíso, a través de la información, formación y transformación, que dejan las enseñanzas del “periodiquito” al que felicitó en su nueva faceta digital, concluyó el padre José Antonio Barco Villanueva.

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