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CANCÚN. – Discernir las indicaciones del Espíritu Santo, e imitar las virtudes de la mansedumbre, docilidad de San José, en el Año de la Iglesia, son las recomendaciones del Padre Miguel Catzin Quijano, párroco de la Iglesia, Madre del Santísimo Sacramento de la Supermanzana 510 en Cancún.

Estar siempre dispuestos a la defensa de la Iglesia con valentía y arrojo, en la parte que le toque a cada quien, en este tiempo de confusiones, precisó.

Destacó la importancia de seguir el ejemplo de San José este, con la confianza en Dios de estar dispuestos a realizar lo que corresponde a cada laico, sacerdote, monja, con docilidad, mansedumbre a la luz del Espíritu Santo, para enfrentar las situaciones por muy adversas que en la defensa de la fe y de la Iglesia.

El Padre Miguel Catzin Quijano, nació un 2 de agosto de 1968 en Mérida, Yucatán, es el penúltimo de 11 hermanos, del matrimonio de formado por don Mateo Catzin Chi y doña Cándida Noemí Quijano Arias.

Licenciado en economía con vocación al sacerdocio

Su primer llamado fue cuando estudiaba la carrera de licenciado en economía en Monterrey, N. L. En cierta ocasión después de una entrevista, fue a la Misa de Clausura de un retiro juvenil, ahí recibió la invitación para ir al seminario. Idea que lo dejo en seco, pues consideró que no era para él, pues iba bien en sus estudios.

Al terminar la carrera, y regresar a Quintana Roo, es invitado a participar en el coro de renovación de Cristo Rey. Su segundo llamado fue cuando conoció al padre Pablo Strauss que llegó a Cancún a dar temas y captar vocaciones. Se le invitó a tener una experiencia, negándose a esta. No obstante, de hacer 10 meses de noviciado, descubrió que no era lo suyo, cuando en conversación con el padre José Antonio Blanco, tras exponerle su inquietud, recibió el consejo de darse la oportunidad de discernir su vocación en el Seminario.

Si bien recibió el apoyo de sus hermanos con palabras –eres mayor, sabes lo que haces, suponemos que sabes valorar lo que quieres, ¡adelante! –. Su madre había fallecido años atrás. Mientras que su papá, se negó, al decirle –qué cuando los curas llegan a un pueblo es para robar a la gente, al llegar sin nada y salir con mucho–, él respondía –pues fácil, para que su hijo no ande haciendo eso, échele la mano para que sea sacerdote–, en otras ocasiones le decía –¿ya te vas a quedar?, yo quiero más nietos–.

Ordenación y trabajo pastoral

Diferentes son los caminos de Dios, al permitirle recibir su formación en el Seminario Arquidiocesano de Monterrey, N. L., al estudiar un año de Humanidades, el curso Introductorio, tres años de filosofía y dos de teología en el municipio Benito Juárez, N. L. Fue formador de menores, tras concluir sus estudios, regresó a Quintana Roo, para ser ordenado diacono un 28 de diciembre de 2006 en la Catedral de Cancún y el 28 de julio de 2007 en la Basílica de Guadalupe de la ciudad de México, ser ordenado sacerdote de manos de Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.

Por dos años trabajo en el Santuario de Guadalupe y en Catedral de Cancún; un mes como administrador parroquial San José María Yermos y Parres en Chetumal. Poco más de un año vicario en Bacalar, tres años al frente de la capilla San Martín de Porres en Cancún. Apoyo en Pastoral Vocacional, e iniciar el Curso Introductorio en Bacalar, director espiritual del Seminario Menor. Estudió la licenciatura en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Ciudad de México, que terminó en línea en julio de 2020.

El 15 de agosto de 2020, llegó a la parroquia María Madre del Santísimo Sacramento en avenida 50, Supermanzana 510, Manzana 66 Lote 23 colonia Cecilio Chi en Cancún. Horarios de misa de lunes a sábado 7:30 de la mañana y 7:00 de la noche. Domingos 9:00, 11:00 de la mañana y 6:00 de la tarde. Atiende la capilla Jesús de la Misericordia con misas, martes 6:00 de la tarde, jueves Hora Santa a las 7:00 y misa de 8:00 de la noche, el sábado a las 5:00 de la tarde y domingo 12:30 del día.

Sustentar la información antes de publicar

En general su preocupación es la falta de compromiso al considerar que el “el católico de Quintana Roo, ve en la parroquia un dispensador de servicios y no una comunidad”. Muchos van no por sentirse parte de la comunidad sino porque necesitan algo: una acción de gracias, confesión, pero están lejos de sentirse parte de la parroquia. Le agradan los retos, hacer comunidad y terminar de construir, con la participación de la comunidad. Como colaborador del periódico, mencionó la importancia de sustentar la información en la Biblia, el Catecismo y el Magisterio de la Iglesia, y no soltar ideas sueltas que, en vez de construir, confunde a los lectores, enfatizó el padre Miguel Ángel Catzin Quijano.

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