Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo.– Dios bendice el crecimiento de esta Iglesia Particular que, se consolida y crece en
instituciones, como la Curia, Consejo Presbiteral, Consejo de Decanos, Seminario. Instituciones que pasan de una estructura familiar, personal a una institucional para un mejor funcionamiento, indicó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, en la Catedral de la Santa Cruz y Santísima Trinidad, en Cancún.
En el marco del “4º Domingo de Pascua, Buen Pastor”, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, en busca de alentar a los fieles pedir a Dios «el don de buenos trabajadores para su Reino». Un día para agradecer a Dios por el crecimiento de Cancún, en su 54º aniversario como destino turístico de clase mundial.
Una Misa de Acción de Gracias por las familias que han recibido muchos beneficios, en sus
trabajos, al tener la oportunidad de progresar, salir adelante, llevar el pan a su hogar. Oportunidad para
locales y quienes llegan de otros lugares en busca de superarse, tener un mejor nivel de vida, bienestar,
trabajar en los grandes hoteles. Es además cuidar el paraíso, la casa común, conservar el ambiente: flora,
fauna, arena, mar; el ambiente humano, social y lograr un paraíso sano, ecológico, limpio y agradable.
Desde el punto de vista eclesial, el éxito, es por el progreso, bienestar que beneficia a mucha gente que llega al destino. Sin embargo hay familias que sufren violencia y terminan por desintegrarse. Importante es poner los medios para que, las familias encuentren refugio y se comprometan en los apostolados de la Iglesia, es la solución para conocer e integrarse en movimientos como Familia Misionera, Asociación Nacional para la Superación Personal, Asociación Civil (Anspac), Movimiento Familiar Cristiano (MFC), Dinámica Matrimonial, y lograr el éxito, al ser acogidos, arropados, no quedar expuestas a lo pagano, sectas, creencias raras, energía, buena vibra, Santa Muerte, que desorientan y meten en problemas, en bandas. Uno de los graves problemas, se debe al consumo de drogas, alcohol, abandonar a la familia, que sufre las consecuencias. Sacarlos de esos vericuetos, es muy difícil. “El problema de fondo, de raíz es el abandono”, decía un trabajador de un “Anexo”. La solución es acoger, compartir, en unión familiar, sentirse queridos, amados, hacer unión familiar. Es además responsabilidad del gobierno, el cual tendría que asumir el compromiso como una prioridad de brindar seguridad, paz a los ciudadanos.
Quintana Roo ha tenido un crecimiento grande y multicultural, al multiplicar sus parroquias, capillas, en zonas residenciales, colonias, fraccionamientos. Su población total es de un millón 857 mil 985 habitantes, de los que un millón 14 mil son católicos, que asisten a sus 77 parroquias y 506 capillas en la entidad, y solo 90 religiosos y 50 diocesanos, con apenas 45 y 33 seminaristas mayores y menores. Un crecimiento que requiere el doble de sacerdotes para dar mayor atención espiritual. Iglesias nuevas con mucha afluencia, como la Desatadora de Nudos, que en Semana Santa recibió 24 mil 500 peregrinos. Mientras el fraccionamiento Villas del Sol en Playa del Carmen, una iglesia grande a la que asisten un mil niños a la catequesis, de sus casi 100 mil habitantes. Se requieren iglesias novedosas, creativas que presenten una fe atrayente que ayude a la gente a encontrar la paz, en la oración y conexión con Dios.
La Santa Cruz es la patrona de la Diócesis Cancún Chetumal, este año se realizarán celebraciones en grande y especiales en cada Decanato. En Tihosuco, Felipe Carrillo Puerto, Zona Maya hay una gran devoción y una fe viva por la Cruz, que representa una flor, o “Pascua Florida”, que anuncia la vida, resurrección.
Una gran tradición con procesión, Misas, jaraneros y banda profesional, en busca de hacer comunidad, compartir, convivir, bailar juntos. Esa es la misión de la Iglesia, construir comunidad, fortalecer la fe católica con su símbolo más importante: la cruz. Las ideas raras de la gente como cargarse de energía, buena vibra, dioses e ídolos falsos son peligrosos, porque desorientan y no ayudan. La mal llamada santa muerte, el niño Fidencio, sectas y el desinterés de la gente a comprometerse en una religión segura es lo que le preocupa, concluyó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.