El Santo Rosario es una oración tradicional católica que busca honrar a
la Virgen. Está compuesto de dos elementos: oración mental y oración
verbal.
En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación
sobre los principales Misterios o hechos de la vida, Muerte y Gloria de
Jesucristo y de su Santísima Madre. La oración verbal consiste en recitar
quince decenas (Rosario completo) o cinco
decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro,
mientras meditamos sobre los Misterios del Rosario.

La palabra Rosario significa “Corona de Rosas”. Nuestra Señora ha
revelado a varias personas que cada vez que rezan el Ave María le están
dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una
corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa
de todas las devociones, y por ello la más importante de todas.

También se llama “rosario” al objeto formado de cuentas que se utiliza
para recitar esta oración.

Historia del Santísimo Rosario
El Rezo del Santo Rosario ha tardado mucho en formarse tal y como
ahora lo conocemos. No fue ideado en un momento concreto, sino que
es fruto de una larga evolución.

Su práctica se remonta al siglo IX, cuando los cristianos que no sabían
leer lo utilizaban para recitar Avemarías en honor a María, la Santísima
Madre de Dios. Su uso se perdió a finales de la Edad Media, pero durante
el siglo XV fue recuperando.

La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de
una forma milagrosa: cuando Nuestra Señora se apareció a Santo Domingo y
se lo entregó como un arma poderosa para la conversión de los herejes y
otros pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se
propagó rápidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos
resultados.

Vale la pena recordar que, entre las variadas apariciones de la Santísima
Virgen, siempre Ella ha insistido en el Rezo del Rosario. Es así como, por
ejemplo, el 13 de mayo de 1917, en un pueblo de Portugal llamado Cova
de Iría, la Santísima Virgen insiste con vehemencia el rezo del Rosario a
los tres pastorcitos, en una de sus muchas apariciones.

El Rezo del Rosario cobró fuerza en la cristiandad tras la Batalla de
Lepanto en 1571. El 7 de octubre de 1571 la Liga Cristiana, comandada por
Don Juan de Austria, se enfrentó a la flota musulmana en el Golfo de
Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. Antes del combate las
tropas cristianas rezaron devotamente el Santo Rosario para vencer a un
enemigo superior en número y buques de guerra.

En el año 2002 el Papa San Juan Pablo II introdujo los Misterios
Luminosos. Con ello, se cuentan actualmente 20 misterios en el Santo Rosario.

Los misterios del Rosario
Misterios Gozosos (lunes y sábado)
La Encarnación del Hijo de Dios.
La Visitación de nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
El Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén.
La Presentación de Jesús en el Templo.
El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.

Misterios Dolorosos (martes y viernes)
La Oración en el Huerto.
La flagelación de Jesús atado a la columna.
La Coronación de espinas.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario.
La Crucifixión y la Muerte de Jesús.

Misterios Gloriosos (miércoles y domingo)
La Resurrección del Hijo de Dios.
La Ascensión del Señor al Cielo.
La venida del Espíritu Santo.
La Asunción de María al Cielo.
La Coronación de María como Reina y Señora de todo lo creado.

Misterios Luminosos (jueves)
El Bautismo en el Jordán.
Las bodas de Caná.
El Anuncio del Reino de Dios.
La Transfiguración.
La instauración de la Eucaristía.

¿Cómo se reza el Santo Rosario?
El Rezo se inicia con la señal de la Cruz y después se anuncian los
Misterios que se contemplan ese día. Cada Misterio se compone de un
Padrenuestro, diez Avemarías y una Gloria. Una vez rezados los misterios,
se rezan las Letanías de la Virgen para alabar a Nuestra Señora.
Es digno de recordar que la familia que reza unida permanece unida,
Que la recitación piadosa y consciente del Santo Rosario nos traiga la paz
al alma y nos una más estrechamente a María para vivir auténticamente
nuestro cristianismo.

Es una oración simple, humilde como María y que nos ofrece la
posibilidad de rezar junto a Ella. Con el Ave María la invitamos a que rece
por nosotros. Al unir su oración a la nuestra, esta se hace más poderosa.
No es sino por medio del Rezo que vendrá la paz de Cristo que todos
ansiamos

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