Por Silvia Del Valle
Los medios de comunicación y algunas personas nos han querido encasillar en un
estereotipo o patrón que en realidad no refleja nuestra identidad de mexicanos.
En las películas nos pintan como muy agresivos, como borrachos, como flojos,
como tontos o muy inocentes o como mil y una cosas que no somos…
Esto nos afecta en cuanto a cómo somos vistos por los de afuera, pero también
como somos vistos y percibidos por nosotros mismos. Y muchas veces hacemos
todo lo posible, aunque inconscientemente, por entrar en ese molde que nos han
hecho y formamos nuestra forma de ser para caber en el estereotipo que nos han
impuesto.
En nuestras manos está que podamos cambiar eso y que seamos auténticos
mexicanos, educando a nuestros hijos desde pequeños para que sean verdaderos
mexicanos, por eso aquí te demo mis 5Tips para lograrlo.
PRIMERO. Que sean alegres.
La alegría es un valor que debemos fomentar, pero de forma sana, sin
exageraciones y sin necesidad de sustancia que provoquen problemas, excesos o
que generen situaciones donde se pierda el control de sí mismo.
Debemos educar a nuestros hijos en la mesura y el autocontrol para que sepan
hasta donde parar para que todo sea conforme a lo correcto y puedan evitar
problemas que pongan en peligro su integridad y hasta su vida y la de los demás.
SEGUNDO. Que sean cálidos.
Debemos educar a nuestros hijos para que sepan tratar adecuadamente a las
personas, respetando su dignidad y no tratando de abusar de ellas; siendo
amables, hospitalarios, generosos y caritativos. Buscando el bien de todos y
procurando ayudar siempre al que lo necesita.
Para eso debemos educar a nuestros hijos para que estén dispuestos a
desprenderse de sus cosas para compartir con quien no tiene, que sepan dar
gracias a Dios por lo que nos da sin merecer y que lo puedan compartir
voluntariamente con los que menos tienen.
El ser cálido también implica regalar una sonrisa a quien lo necesita y dar la mano
a quien le hace falta.
La generosidad les debe caracterizar y debe ser un estilo de vida familiar.
TERCERO. Que busquen siempre la verdad.
En a actualidad predomina la cultura de la mentira, del acomodo de argumentos
para beneficio propio sin importar si me llevo entre las patas a muchos, de la
mentira «piadosa» y de la corrupción.
Pero el que nos haya tocado vivir así no quiere decir que estemos de acuerdo con
esta forma de vida y mucho menos que tengamos que entrar en esa dinámica, por
lo que es necesario ser valientes y romper con los paradigmas y ser de una pieza,
es decir, que sean coherentes y siempre estén en la búsqueda de la verdad.
Debemos educarlos para sean coherentes y que no se acostumbren a hacer lo
que todos hacen, sino que busquen siempre la verdad y el bien común.
CUARTO. Que defiendan la familia.
La familia es la célula básica de la sociedad y es increíble que haya muchos
queriendo destruirla sin darse cuenta que están socavando la sociedad.
Debemos educar a nuestros hijos para que sean capaces de dar testimonio y
defender la familia sin tener pena de decir que la suya está unida, que aún se
llevan bien o que están de acuerdo a que debe seguir existiendo la familia.
Debemos educarlos en la valentía y así que sepan desmentir lo que va en contra
de la familia y fomentar y ayudar a todo lo que vaya a favor de la misma.
QUINTO. Que amen a la Virgen de Guadalupe y a su hijo.
Esto es la base de todo, que nuestra familia sea profundamente espiritual y
apegada a la Virgen de Guadalupe y a Jesús, su divino hijo.
Esto lo aprenderán de nuestro testimonio cuando ponemos en primer lugar a Dios
antes de las cosas del mundo, antes que las personas que creemos cercanas y
antes que uno mismo.
Que se acostumbren a pedirle a la Santísima Virgen de Guadalupe su protección y
auxilio y que busquen sobre todo asistir a misa los más seguido posible como
alimento del alma para estar fuertes y poder vivir de forma coherente en medio de
la sociedad que busca hacer menos los valores trascendentes.
Nuestros hijos debemos también aprender a dar testimonio de vida en los
ambientes en donde se mueven, escuela, deporte, actividades artísticas, etc.
Que logremos ser mexicanos en toda la extensión de la palabra, hombres y
mujeres de bien, con un corazón muy grande y con pureza de intención para
buscar siempre el bien común y que estemos dispuestos a servir y ayudar al que
lo necesita sin importar que nos implique mayor esfuerzo. Y sobre todo que
estemos dispuestos a defender nuestra fe por encima de todo y a estar siempre
bajo la protección de nuestra madre del cielo, la Santísima Virgen María en su
advocación de Guadalupe, nuestra madre que se ha querido quedar con
nosotros.