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En su saludo a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro para la audiencia general, el Papa recordó que el jueves 16 de junio se celebrará en el Vaticano la solemnidad del Corpus Christi y los exhortó a rezar a Dios para poder entregarse a los demás sirviendo con alegría, especialmente a los más necesitados

Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

Al final de la catequesis de la audiencia general, Francisco, dirigiendo su saludo a los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, habló de la fiesta del Corpus Christi, que en el Vaticano se celebra mañana. En la Basílica de San Pedro, en el Altar de la Cátedra, el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica y vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano, presidirá la solemne celebración litúrgica del Cuerpo y la Sangre de Cristo a las 10.30 horas. «La solemnidad del Corpus Christi», es la exhortación del Papa dirigiéndose a los fieles de lengua alemana, «nos invita a salir y a llevar al Señor a la vida cotidiana: a llevarlo allí donde se desarrolla la vida con todas sus alegrías y sufrimientos». Y con los peregrinos de habla hispana, Francisco añadió la invitación a rezar a Dios para que «nos conceda ser personas ‘eucarísticas'», «agradecidas por los dones recibidos» y capaces de darse a los demás «sirviendo con alegría, especialmente a los más necesitados».

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También con los peregrinos polacos, el Papa explicó que en la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo se conmemora la «presencia real de Dios en la Eucaristía bajo la forma de pan y vino» y espera que los conciertos de evangelización que se celebran en Polonia para la ocasión «despierten la fe en todos, para que recibiendo el Cuerpo y la Sangre de Cristo se experimente cada vez más profundamente su amor». Por último, Francisco recordó que en Italia la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo se celebra el domingo y concluyó: «Que la Eucaristía, misterio de amor, sea para todos vosotros fuente de gracia y de luz que ilumine los caminos de la vida, apoyo en medio de las dificultades, consuelo sublime en el sufrimiento de cada día».

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