Por Silvia del Valle
Llegamos al final de este año de gracia por el 150 aniversario de la declaración de San José como patrono universal de la Iglesia y es verdad que en este año ha estado más presente en la vida de la Iglesia y de nuestras familias.
Pero vienen la tentación de dejar en el olvido a San José después de que pase la Navidad y eso sería una pena ya que hemos visto que San José tiene un lugar muy importante y especial, por ser el padre de Jesús en esta tierra. De nosotros depende que siga teniendo un lugar especial en nuestra familia, por eso aquí te dejo mis 5 Tips para lograrlo.
PRIMERO. Si aun no la tienes, coloca una imagen de San José en tu altar familiar.
Es cierto que, como personas, necesitamos signos visibles para mantener presente a las personas que queremos o para no olvidar eventos o circunstancias importantes en nuestra vida.
Es por esto que necesitamos de una imagen de San José para ayudarnos a mantenerlo presente en nuestra vida familiar y para recordar que lo podemos tener de intercesor en los casos más difíciles que a lo largo del tiempo se nos presenten.
SEGUNDO. Conoce las Virtudes de San José y aplícalas en tu familia.
Las virtudes son esos hábitos buenos que caracterizan a alguien y que pueden compartir con los demás y seguir su ejemplo para adaptarlos a tu propia vida, por lo que es muy bueno conocer las de San José.
Entre otras están la paciencia, la mansedumbre, la amabilidad, la ternura, la obediencia, la acogida y calidez, la valentía, la creatividad, el silencio y principalmente el trabajo.
Podríamos pensar en un plan para implementarlas en la familia y que con diferentes acciones las llevemos a la vida cotidiana.
Para nuestros hijos más pequeños podemos hacer fichas o flash cards para que las iluminen y sobre todo para que los conozcan y las hagan propias, así la familia completa estaremos en sintonía y podremos trabajar juntos.
TERCERO. Haz o renueva tu consagración a San José.
Una consagración es propiamente una dedicación voluntaria a Dios y ponerse bajo la protección y cuidados de un santo en particular, pudiendo pedir su auxilio e intercesión en las diferentes situaciones y eventos de nuestra vida.
Puede ser tan sencillo como hacer una oración personal, o podemos hacer toda una preparación de varios días, existen varias consagraciones ya establecidas que podemos adoptar.
Podemos hacerla de forma personal o también hacerla familiarmente y así ponernos bajo el resguardo y protección de San José.
Podemos incluir a nuestros hijos en esta actividad y les podemos explicar lo que implica la consagración para que la puedan realizar adecuadamente y con total conciencia, de acuerdo a su edad.
Podemos preparar material didáctico para que los más pequeñitos lo comprendan.
CUARTO. Adopta una jaculatoria a San José.
Las jaculatorias son pequeñas oraciones que nos ayudan a tener siempre cerca a San José y que nos ayudan a estar siempre bajo su protección.
Existen varias ya establecidas como «Bendito San José, aumenta nuestra fe», pero también podemos hacer nuestras propias oraciones y jaculatorias que salgan de nuestro corazón.
Podemos pedirles a nuestros hijos que también ellos nos ayuden a hacerlas, será una actividad genial.
Y QUINTO. Encomiéndale tu familia a San José.
San José es el modelo de padre, por haber tenido el honor de ser el papá terrenal de Jesús, conocer las angustias y necesidades de una familia y tener que defender a su hijo de las asechanzas de los que le querían hacer daño, por esto, no tuvo reparo en recibir los mensajes de Dios en sueños y ponerlos en práctica, obedeciendo con amor.
Así que es muy importante que encomendemos a nuestra familia a su protección y auxilio.
Como papá o mamá tenemos la posibilidad de continuar cada día encomendando nuestra familia a San José y pidiendo que nos ayude a saber guiar a nuestros hijos, defendiéndolos de los peligros que se les presentas y guiándolos por el camino de las virtudes, que es el que lleva a la vida eterna, la vida de la gracia.
Hagamos de nuestras familias hogares que, a ejemplo de la Sagrada Familia de Nazareth, busquen siempre hacer la voluntad de Dios y sean pequeñas Iglesias domésticas donde Jesús crezca cada día más y más en los corazones de cada uno de los miembros.