¿Tienes alguna tradición especial para la Candelaria o la Fiesta de la Presentación? ¿Participas en la bendición de las velas?
¿Sabías que el 2 de febrero, es decir, 40 días después de Navidad, se celebra tradicionalmente la fiesta de la Candelaria?
Esta festividad conmemora la Presentación del Señor en el Templo. En la Iglesia Oriental, se conoce como Hipapante, que significa «Encuentro», destacando el momento en que la Sagrada Familia se encuentra con Simeón y la profetisa Ana, tal como se narra en Lucas 2,22-38.
La Candelaria se caracteriza por la bendición de velas, símbolo de la luz de Cristo. Esta tradición recuerda la hermosa profecía de Simeón en los versículos 30-32:
«Porque mis ojos han visto la salvación
que preparaste delante de todos los pueblos:
luz para iluminar a las naciones paganas
y gloria de tu pueblo Israel».
Jesús es descrito como “luz para iluminar a las naciones”. La riqueza de esta festividad se comprende mejor al explorar las prácticas judías en las que se basa, revelando su profundo significado para nosotros actualmente.
Jesús fue presentado en el Templo: ¡Descubre su importancia!
En Lucas 2,22-24, vemos a María y José llevando al niño Jesús al Templo de Jerusalén. ¿Por qué lo hicieron? Porque obedecían la Ley de Moisés.
La Escritura enseña que todo primogénito, ya sea humano o animal, está consagrado a Dios (Éxodo 13,1). Este mandamiento es una respuesta a Dios por salvar a los primogénitos israelitas durante la décima plaga, que afectó a los primogénitos de los egipcios (Éxodo 13,11-16). El acto de consagración era una manera de reconocer y agradecer el poder salvador de Dios.
Sin embargo, los hijos primogénitos debían ser redimidos mediante una ofrenda en el Templo, como se indica en Números 18,15-16. Por eso, María y José llevaron a Jesús al Templo y ofrecieron “un par de tórtolas o dos pichones”, en cumplimiento de la ley.
¿Sabías que las familias judías aún celebran esta tradición? Se llama pidión habén, una ceremonia especial en la que los primogénitos son simbólicamente redimidos.
La Purificación de María: Un significado más profundo
La Presentación de Jesús no solo trata sobre Él, sino también sobre María. Según Levítico 12,1-4, cuando una mujer daba a luz a un hijo varón, era considerada ritualmente impura durante siete días. Después de eso, debía completar un período de purificación de 33 días, sumando un total de 40 días antes de poder regresar al santuario.
En su humildad, María cumplió la ley, y su visita al Templo marcó el final de su período de purificación. Este acto nos permite apreciar la profunda fe y devoción que María demostró a través de su obediencia a los mandamientos de Dios.
Como señala Kendra Tierney en The Catholic All Year Compendium: Liturgical Living for Real Life, el antiguo calendario romano no ponía el énfasis en la Presentación, sino en la Purificación de María. Aunque María, por ser la Inmaculada Concepción, no necesitaba purificación, su observancia de esta ley resalta su profunda sumisión a la voluntad de Dios.
Hoy en día, muchas mujeres judías siguen observando tradiciones relacionadas con la pureza ritual, reflejando la continuidad de estas prácticas antiguas.
¿Por qué es importante para los católicos?
Esta fiesta nos recuerda cuán profundamente nuestra fe católica está arraigada en la fe del antiguo Israel. Desde la consagración de los primogénitos hasta la purificación de las madres, estas prácticas nos ayudan a comprender mejor la vida de Cristo.
Como católicos, reconocer estas raíces judías nos ayuda a ver cómo Jesús cumple las promesas del Antiguo Testamento. También enriquece nuestra apreciación de las celebraciones litúrgicas de la Iglesia.
En el antiguo calendario romano, la Candelaria marcaba el final de la Navidad, ya que completaba los eventos bíblicos relacionados con el nacimiento de Jesús.
Así que, la próxima vez que enciendas una vela en la Candelaria o escuches la historia de la Presentación, recuerda esto: ¡Estás celebrando un momento en el que el cielo y la tierra, la Antigua y la Nueva Alianza, se unen en Jesucristo, la luz de las naciones y el cumplimiento de las promesas de Dios a Israel y al mundo!