Misa de Exequias

Mar 11, 2025

Redacción/PERIÓDICO SAGRADA FAMILIA

San Andrés Tuxtla, Veracruz.— Una creencia arraigada en la comunidad, es la de acompañar a la persona que fallece a su última morada, que es el panteón en San Andrés Tuxtla.

La muerte es algo de la que nadie escapa, pobres, ricos, millonarios, mujeres, varones, políticos de cualquier partido, ciudadanos sin importar la creencia.

Luego del fallecimiento de «X» persona, la familia da avisos a sus vecinos, ciudadanos, amigos y personas que conocieron al difunto. Lo velan en su casa toda la noche, rezan el Santo Rosario, toman café (algunos con piquete), comen tamales de masa con presa o tamal colado como le llaman en Quintana Roo.

Velada que se prolonga hasta bien entrada la madrugada. Al llegar la carroza, suben el féretro al vehículo fúnebre que es seguido de familiares, amigos, parientes y conocidos, que se dirigen a la parroquia más cercana o catedral, a la Misa de Exequias.

Al salir del recinto sagrado entre llantos, con ojos humedecidos, tristeza, el cortejo fúnebre camina detrás de la carroza que, con paso lento, se dirige al panteón.

Hace más de 60 años, llevaban el féretro en hombros. Cuatro varones amigos, familiares o parientes cercanos cargaban en hombros el ataúd, relevándose cada cierto tiempo hasta la última morada de la persona fallecida. ¡Descanse en paz don Armando Bencomo!

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