Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
PALABRAS QUE EL VIENTO NO SE LLEVA
Cuando trabajo en algo mecánico y manual, me suele gustar ponerme alguna predicación. Ayer mismo me puse a escuchar a un hermano dominico al que queremos mucho.
En un momento dado, sus palabras me estaban llegando a lo profundo del corazón. Lo único que hacía era repetir cómo nos ama el Señor, insistiendo en que «Dios es más grande que todo, es más grande que mi pasado, es más grande que el futuro que imagino, Dios es más grande que todo lo que me pueda imaginar…»
Cuánto bien me hizo escuchar a un hermano en la fe decir estas palabras. En cierto sentido, todos ya nos sabemos «el discurso», pero qué bien nos hace que otro nos lo anuncie con fuerza. Porque la Palabra tiene Vida, y es capaz de llegar hasta lo profundo del corazón y transformarlo.
La palabra tiene un gran poder: si una mañana, una persona te insulta, te fastidia el día, pero si un ser querido te da una palabra de aliento, su palabra te da una fuerza especial. Pues, si la palabra humana tiene un gran poder, cuánto más la Palabra de Dios…
Hay un viejo refrán que dice que «las palabras se las lleva el viento». Y en parte tiene razón, pero hay una Palabra que el viento no puede llevarse, porque tiene peso. Y es Cristo, que corroboró su Palabra con su propia Vida. Sellando Su Amor por nosotros, con su propia entrega. ¡El mismo que dio Su Vida por ti hoy de nuevo tiene algo que decirte!
Hoy el reto del amor es escuchar la Palabra que hoy tiene el Señor para ti. Hoy puedes acercarte a un sacramento, o también escuchar una homilía, una predicación… abre el oído para que Su Palabra te llegue al corazón. ¡Él tiene algo que decirte! Y después deja que tus palabras, esas que brotan con sinceridad del corazón, sean también una bendición para los demás.
VIVE DE CRISTO