Ciudad de México.— La familia educadora en valores humanos. La fortaleza es la virtud que vigoriza al hombre para realizar el bien, pese a las dificultades, con constancia y paciencia.
La fortaleza educa el ejercicio de nuestra voluntad. Por la fortaleza el hombre aprende a superar las contradicciones que aparecen en la vida.
En situaciones ambientales perjudiciales a una mejora personal, resiste a las influencias nocivas, soporta las molestias y se entrega con valentía en caso de poder influir positivamente para vencer las dificultades y para acometer empresas grandes.
Son parte de la fortaleza: la paciencia, la audacia, la perseverancia, la serenidad, la lealtad.
La virtud de la fortaleza tiene dos partes: resistir y acometer.
Resistir es soportar. Es más penoso y heroico resistir que atacar, pues cuando se toma la iniciativa es porque se cree tener ventaja.
Acometer es emprender acciones que suponen un esfuerzo prolongado en función de algún bien reconocido con fuerza interior, física y moral.
El desarrollo de la virtud de la fortaleza apoya el desarrollo de todas las demás virtudes.
Los deportes están relacionados con la virtud de la fortaleza ya que preparan a la persona para emprender acciones para resistir y acometer; en ellos se domina el cansancio, la fatiga la debilidad, presentar una motivación inmediata (ganar un partido, alcanzar una cumbre, terminar la carrera, mejorar el propio récord).
Para hacer fuertes a los hijos hay que exigirles en detalles de disciplina y autodominio como son:
- Levantarse a hora fija.
- Aguantar incidencias sin quejarse.
- Perseverar en sus actividades y en el logro de sus decisiones.
- Participar en actividades que fortalecen: deportes, campamentos, etc.
- Ponerse metas optimistas de mejora personal por propia iniciativa. Frente Nacional por la Familia. Minuto de formación F# 24