Ciudad de México.— La anticoncepción, contracepción o control de la natalidad es cualquier método o dispositivo para evitar el embarazo.

La anticoncepción, como su nombre lo indica, implica una oposición a la concepción de una nueva vida. Es una actitud de rechazo. El verdadero problema de la anticoncepción es la mentalidad que la anima.

En la anticoncepción la procreación se convierte en el “enemigo” a evitar en la práctica de la sexualidad. Un hijo, una nueva vida, es un mal. El hijo es visto como un estorbo y un impedimento para desarrollarse y crecer.

Esta práctica tiene su raíz es una mentalidad hedonista que pone el placer por encima de todo.

A veces se dice que hay que favorecer la anticoncepción para que haya menos abortos. Es falso. Aunque se trate de cosas diversas, una llama a la otra. El que no quiere una nueva vida intenta primero evitar que venga, pero si falla en evitarla, intentará luego destruirla; la anticoncepción tiene una estrecha relación con el aborto.Los contravalores inherentes a la mentalidad anticonceptiva son tales que hacen precisamente más fuerte la tentación del aborto ante la eventual concepción de una vida no deseada. De hecho, la cultura abortista está particularmente desarrollada justo en los ambientes que practican la anticoncepción. Frente Nacional por la Familia. Minuto de formación V# 26.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Contenido Protegido