Por: Arquidiócesis de Monterrey

“Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en
los abismos.” Filipenses 2, 10

Dentro del tiempo de Navidad, el día 3 de diciembre la Iglesia celebra el Santísimo
Nombre de Jesús. Un nombre Santo que se debe inclinar la cabeza cada vez que
se dice.
Desde la infancia hemos oído y repetido el Santo Nombre de Jesús, venerado en
las celebraciones litúrgicas desde el siglo XIV. Pero muchos no tienen idea de las
grandes maravillas que se obtienen de Él. Es tan poderoso, tan seguro, que nunca
deja de producir en nuestras almas los más maravillosos resultados.
Si quieres saber las innumerables gracias y favores que se obtienen de este
Santísimo Nombre, sigue leyendo:

  1. El Santo Nombre de Jesús es una oración completamente poderosa.
    Jesús mismo promete que todo aquello que pidiéramos al Padre en
    Su Nombre lo recibiríamos y Él nunca falla en su palabra.
  2. La Iglesia termina sus oraciones con estas palabras: “Por Jesucristo”,
    ya que da a la oración una nueva eficacia divina.
  3. Al decir: “Jesús”, glorificamos a Dios con un gozo y gloria infinito
    porque le ofrecemos todos los infinitos méritos de la Pasión y Muerte
    de Jesucristo.
  4. Al pronunciar Su Nombre, ganamos trescientos días de indulgencia,
    que podríamos aplicar por las ánimas del Purgatorio, con lo que se
    verán muchas de estas almas aliviadas y liberadas de sus horribles
    penas.
  5. Cada vez que decimos: “Jesús”, es un acto de perfecto amor, por el
    cual ofrecemos a Dios el infinito amor de Jesús.
  6. “En mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,
    agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les
    hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán
    bien” (Marcos 16, 17-18).
  7.  En el nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el
    tiempo y la eternidad, pues Cristo dijo: “lo que pidáis al Padre os lo
    dará en mi nombre.” (Juan 16, 23).
  8. El Santo Nombre de Jesús nos salva de innumerables males y nos
    rescata específicamente del poder del demonio que está
    constantemente buscando la ocasión de hacernos daño.

San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús:
“Yahweh es salvación” con el monograma del Santo Nombre: IHS (abreviación del
nombre de Jesús en Griego) y añadieron el nombre de Jesús al Ave María. Fue
introducida en el siglo XVI como fiesta litúrgica y en el año 1530 el Papa Clemente
VII concedió por vez primera a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del
Santísimo Nombre de Jesús.
San Pablo nos dice que debemos de hacer todo, ya sea en palabras o en hechos,
en el Nombre de Jesús (Col. 3,17) Si te esfuerzas constantemente, podrás decirlo
muchas veces, de una manera devota y frecuentemente todos los días. Estoy y
mucho más nos otorga el Santo Nombre de Jesús, tan solo de saber las
innumerables gracias concedidas en el mundo, sería un inmenso gozo y
consolación.

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