Por Silvia del Valle

Los tiempos de bonanza provocan generaciones laxas, las generaciones laxas
provocan tiempos difíciles y los tiempos difíciles provocan hombres y mujeres
virtuosos.

La época que nos ha tocado vivir es muy difícil ya que la escala de valores está
completamente invertida y lo que debe ser lo más importante ha pasado a ser
indiferente para las nuevas generaciones y lo que para nuestra generación era
algo impensable, ahora es lo que les quieren hacer pensar que es lo correcto y
más aún, hacen que lo deseen nuestros hijos.

En nuestras manos está formar y educar hombres y mujeres que tengan la escala
de valores correcta y que estén dispuestos a dar testimonio de ello con su vida,
por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Define la piedra angular de tu familia.
Es super necesario tener claro cuál es el centro de la vida familiar, que es eso que
no puede faltar y que les hace ser la familia que quieres ser. 
En nuestro caso es Cristo y su Amor por nosotros lo que nos da cohesión como
familia. 
Es necesario estar muy conscientes de esto porque es lo que va a definir el estilo
de vida familiar que vamos a tener y las actividades que debemos realizar para
alcanzarlo. 
De ser necesario, es bueno escribirlo para que no lo olvidemos y en los momentos
difíciles no perdamos el rumbo. Para esto puedes tener una libreta para hacer
anotaciones y después adecuaciones, o ponerlo en una hoja más grande y visible
para que todos lo puedan ver y estén en sintonía con nosotros. 

SEGUNDO. Escoge algunos valores que quieras inculcar en tus hijos.
El mundo de los valores es hoy todo un tema ya que la sociedad nos quiere
imponer una escala de valores invertida a la que nosotros consideramos la
correcta porque la nuestra está obsoleta y ya no está de moda.  
El problema es que la moral y las buenas costumbres no pasan de moda y por
eso, lo que nos proponen, no es compatible con nuestro estilo de vida. 
Debemos ser valientes y definir la escala de valores que vamos a inculcar a
nuestros hijos.

Es bueno que también lo anotemos para que tanto nosotros como nuestros hijos lo
tengamos claro y que sea una guía para que todas nuestras acciones se
encaminen a estos valores. 

TERCERO. Decide que virtudes vas a fomentar en tus hijos.
Las virtudes son hábitos buenos que se consiguen con la repetición continua de
los actos buenos. Entonces debemos escoger algunas virtudes, que deben ir
desde las teologales: fe, esperanza y caridad, hasta las más humanas, que nos
ayudan a formar el carácter de nuestros hijos y a dar identidad a la vida familiar y
así obtener un estilo de vida particular. 
Siempre es mejor comenzar desde pequeños con nuestros hijos ya que así
crecerán sabiendo y viviendo con estas virtudes, pero si nuestros hijos ya están
más grandes, debemos armarnos de paciencia e implementar estas virtudes poco
a poco con ellos. 
Debemos recordar que es un proceso y que se alcanza poco a poco con la
constancia y con mucha alegría y amor para que nuestros hijos se sientan seguros
y confiados. 
Es necesario ser valientes y pacientes y no dejar de dar testimonio de que
nuestros hijos pueden ser felices viviendo las virtudes que los hacen mejores
personas. 

CUARTO. Pon límites claros.
Un punto vital es que debemos ir acotando el camino por el que, si debemos
seguir, por eso es bueno definir qué acciones y actitudes no van con nuestro estilo
de vida y por lo mismo no son aceptadas en nuestra familia. 
Esto también es necesario ponerlo por escrito y tenerlo en un lugar visible porque
muchas veces suceden cosas que pasan estos límites y por la angustia, la pena o
la preocupación no hacemos que nuestros hijos respeten estos límites y entonces
dejan de ser claros y eficaces. 
Hay conductas que son intolerables y otras que se puede comprender que se van
mejorando conforme se vuelven virtuosos. Nuestros hijos lo deben saber y
también deben tener claro que hay consecuencias si llegan a pasar estos límites. 
Es necesario que ellos conozcan esta consecuencia para que si deciden pasar del
límite sea con total conocimiento. 
En este punto quiero agregar que debemos ser firmes ya que la verdadera
educación está basada en el amor y en la corrección para una correcta formación
del carácter de nuestros hijos.

QUINTO. Hagan una estrategia familiar donde todos participen.
Ya que tenemos todo esto definido podemos hacer una estrategia clara y muy
gráfica que nos ayude a compartirlo con nuestros hijos. 
Debemos tener en cuenta la edad y madurez de todos para que la forma de
expresarlo sea entendible para todos. 
De ser necesario podemos hacer varias estrategias que se adecúen a las
necesidades de cada miembro de la familia. 

Es bueno que incluyamos el constante planteamiento de metas y cuando se
alcanza alguna es buenísimos que se haga del conocimiento de la familia para
que nuestros hijos vean que es todo un acontecimiento positivo en la vida familiar
y de ser posible, puede haber incentivos que los animen en los momentos
difíciles. 

Si nos damos cuenta, debemos generar todo un sistema que nos ayude a tener
claro el estilo de vida familiar, los valores y virtudes en que vamos a educar a
nuestros hijos y los límites que nos ayudarán a no perder el rumbo. 
Así lograremos dar testimonio de que una familia aún puede vivir bien y que puede
educar hombres y mujeres virtuosos que sean luz para el mundo con sus actitudes
siempre encaminadas al bien común.

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