Ciudad de México.— Nuestros valores humanistas. La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano.

Sexo es distinto que sexualidad. El sexo, la genitalidad, es sólo el aspecto físico-biológico de la sexualidad. La sexualidad es una dimensión de la persona que incluye tres aspectos esenciales de lo humano:

• Lo biológico,— la estructura de los cuerpos del hombre y de la mujer están “diseñados” el uno para el otro y están ordenados a la procreación y preservación de la especie humana. El hombre “está hecho” para la mujer y la mujer “está hecha” para el hombre, y lo que sentimos no lo cambia.

• Lo psicológico—, que es la “atracción erótica”, no simplemente “física”, que lleva a la persona a buscar una plenitud que se obtiene en y desde la complementariedad entre la masculinidad y la feminidad, y

• Lo espiritual.— que es el aspecto más profundo del ser humano y se va descubriendo en la medida que la persona va madurando como tal. Lo espiritual une a lo biológico y a lo psicológico, por lo que la persona es capaz de manifestarse a sí misma en la sexualidad, por el lenguaje propio de ésta.

Gracias al aspecto espiritual de la sexualidad se va descubriendo también en el otro precisamente a la “persona” en su suprema dignidad, es decir, la persona dotada de un valor y belleza tales que la hacen merecedora de ser amada en sí misma y se descubre que merece el don de uno mismo, instituyéndose así una comunión entre personas que buscan el bien del otro. Se descubre que el cuerpo tiene sentido y significado “esponsal”…

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