Matilde Latorre – publicado el 29/12/22

El fundador de la orden benedictina dejó en su Regla consejos esenciales para
todo cristiano que quiere hacer del año que comienza un camino hacia la unión
con Dios

San Benito de Nursia, fundador de la orden benedictina en el siglo VI, patrono de
Europa, ofrece cinco consejos esenciales para dar sentido a la propia vida en el
nuevo año que comienza.
Su Regla, conjunto de orientaciones que ha guiado la vida de miles y miles de
contemplativas y contemplativos a lo largo de la historia, es también motivo de
inspiración para cualquier persona que quiera crecer en su relación con Dios, con
los demás y con la creación. 
A continuación, presentamos algunos consejos de san Benito para vivir con
sentido el año que comienza:
1 BUSCA LA VERDAD
“Decir la verdad con el corazón y con la boca”
Este es el consejo que san Benito dejaba a todo cristiano: buscar la verdad en
todo lo que hacemos y decimos, y ser siempre sinceros con nosotros mismos. 
El inicio de año nos ofrece la oportunidad de hacer una reflexión honesta sobre
uno mismo.  Es un momento privilegiado para hacer balance de lo que me acerca
a Dios y a los demás, y lo que no. A partir de esta reflexión, es posible establecer
metas y objetivos que me ayuden a crecer y mejorar en este año,
2 CON HUMILDAD
“Cuando viere en sí algo bueno, atribúyalo a Dios, no a sí mismo”.
Pero atención. San Benito advierte ante el peligro del voluntarismo: pensar que es
posible lograr la santidad con el propio esfuerzo. Ese modelo crea cristianos puros
como ángeles, ciertamente, pero orgullosos como demonios.

En vez de confiar en los propios méritos, Benito invita a reconocer nuestras
limitaciones y, de este modo, depender de Dios en todo momento. 
“Por la gracia de Dios soy lo que soy”, escribe Benito en la Regla citando a san
Pablo (1 Co 15,10). Y añade: “El que se gloría, gloríese en el Señor” (2 Co 10,17).
3 ALEGRAR AL POBRE
“Alegrar a los pobres, vestir al desnudo, visitar al enfermo…”.
San Benito no se limita a pedir ayuda para los pobres, va más allá, exhorta en la
Regla a “alegrar a los pobres”. Su exhortación es particularmente significativa,
pues muchos monjes veían en su consagración a Dios una manera de huir del
mundo, de los demás, incluidos los pobres.
“Cuide con toda solicitud de los enfermos, niños, huéspedes y pobres, sabiendo
que, sin duda, de todos estos ha de dar cuenta en el día del juicio”, escribía san
Benito.
“Al recibir a pobres”, añade el fundador del monaquismo occidental, “se tendrá el
máximo de cuidado y solicitud, porque en ellos se recibe especialmente a Cristo”.
En nuestras relaciones con los demás, Benito deja su consejo más práctico:
“reconciliarse antes de la puesta del sol con quien se haya tenido alguna
discordia”.
4 TRABAJO
“La ociosidad es enemiga del alma”. 
Según la regla de San Benito, el trabajo constituye una forma de adoración y una
manera de imitar a Jesús, quien se dedicó al trabajo manual como carpintero. 
El eslogan inspirado en san Benito, “ora y trabaja”, como descripción de la vida del
monje, significa que el trabajo es una forma de oración y la oración una forma de
trabajo. 
Eso significa que trabajar es tan importante como orar. La meta para el cristiano,
la santidad, se puede alcanzar siguiendo esta doble senda. Y el trabajo, conviene
subrayarlo, es además uno de los principales espacios de socialización. 
Orar y trabajar, por tanto, unen tierra y cielo, sacro y profano, inmanencia y
trascendencia, unen a las personas y las vinculan.
5 ORACIÓN FRECUENTE
“Darse frecuentemente a la oración”
Para san Benito de Nursia, la oración constante es una forma de mantenerse en
una relación continua con Dios y buscar su guía y su gracia en todo momento. Por

este motivo, en su Regla, recomienda dedicar tiempo a la oración en todo
momento, incluso mientras se trabaja. 
Por este motivo, el patrono de Europa considera que los momentos de oración no
tienen por qué ser interminables. Es más, explica en la Regla, “la oración debe ser
breve y pura, a no ser que se prolongue por un afecto inspirado por la gracia
divina”.
Benito de Nursia subrayó, en particular, la importancia de la oración personal y la
meditación, recomendando, en particular, la lectura meditada en oración de la
Biblia.
Además, atribuye gran importancia a la participación en la liturgia, en particular la
Misa, parte central de la vida de la Iglesia, con la que los creyentes expresan su fe
en Dios y su unión entre sí. 
Conclusión
“No desesperar nunca de la misericordia de Dios”.
Y, si durante el año desfallecemos o no estamos a la altura de nuestros
propósitos, san Benito deja su consejo más precioso en la misma Regla: “No
desesperar nunca de la misericordia de Dios”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Contenido Protegido