A las comunidades educativas, directivos, maestros, padres de familia, estudiantes y sociedad en
general, de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), ante el inicio del nuevo ciclo escolar 2022-
2023, respondamos a lo esencial: educar a nuestros niños y jóvenes”. Prot. No. 128/22

Ciudad de México.– Recordaron a la comunidad educativa que no hay actividad humana más importante, que guiar y acompañar a cada persona en el desarrollo de sus facultades físicas–espirituales (inteligencia,
voluntad, afectos, memoria, imaginación, capacidad de síntesis), individuales, ambientales y sociales, en favor de una civilización fraterna, solidaria y responsable.

Frente a la compleja situación en la que se encuentra México, consideran los siguientes puntos, a fin de
apostar por la esperanza y trascender los determinismos, mediante la acción educativa: 1).– Muchos son los desafíos en materia educativa, a nivel planetario. El Papa Francisco habló incluso de una Catástrofe
Educativa Global, por lo que, convocó a articular Pactos Educativos, que vuelvan a tejer lazos esenciales
entre los directivos, maestros, padres de familia y estudiantes, con el hilo cálido de la solidaridad, el cuidado y la creatividad, en cada comunidad educativa. 2).– Lo anterior, no sólo con el fin de responder a desafíos inmediatos de las instituciones educativas, sino para que a través de su servicio, los seres humanos encuentren caminos nuevos de relación, de cara a la crisis generalizada que viven y que se manifiesta en el ámbito político, económico, social, cultural, familiar y ambiental, principalmente; 2). La crisis más apremiante, es la antropológica y cultural (Cfr. Proyecto Global de Pastoral 2031- 2033, n. 20), pues mientras el ser humano no asuma su existencia de manera trascendente y responsable, vivirá ahogado en sus visiones, intereses y sinsentidos. 3).– El proceso de globalización, con sus limitantes y virtudes, aunado a los efectos de la Pandemia Covid–19, interpelan a reorientar las vidas, con una mirada restaurativa, creativa y generosa, a fin de posicionar lo verdaderamente humano, en el centro de la civilización: libertad, justicia, verdad y amor. Que los defectos, vicios, torpezas e intereses particulares o de grupo no nublen el horizonte, sino que, yendo más allá de ello, orientar las pasiones y anhelos a proyectos concretos, solidarios y factibles. El mal sólo se soluciona con el bien. El fuego, no se puede apagar con fuego. 4).– Es urgente que, en cada encuentro educativo, se aviven con la fe, esperanza, caridad y esfuerzo cotidiano para conseguir un cambio sereno y eficaz, que detenga la ola de una cultura de muerte, abuso, corrupción, ineptitud, así como de un deterioro ambiental y social, presentes en múltiples sectores de México. La paz es un don y una tarea. La paz
es posible. Educar para construirla, es prioritario.

En su mensaje el Papa Francisco del Lanzamiento del Pacto Educativo Global, 15 de octubre del 2020,
disponible en la propuesta de siete compromisos. “Comprometerse a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, política, crecimiento y el progreso, que estén al servicio del hombre y de toda la familia humana en la perspectiva de una ecología integral». 5).– Frente a ello, –en su valiosa encíclica social Fratelli Tutti, que publicó 12 días antes del lanzamiento del Pacto Educativo Global, en octubre de 2020–, anima a vivir como criterio fundamental de la vida social, las grandes enseñanzas de la Parábola del Buen Samaritano. La insistencia para engancharnos al mal, llamados a curar, sanar, hacerse cargo, y por supuesto cooperar, aliviar la situación de dolor de los hermanos, particularmente los más pequeños. “Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar la esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos” (n. 77). 6).– Los niños y jóvenes piden, de mil maneras, ser atendidos y acompañados. Que nada los distraiga de la tarea esencial de la educación, que es transmitir a las nuevas generaciones el aliento de vida, su cuidado y promoción al respeto irrestricto a su dignidad, libertad de pensamiento, conciencia e integridad. 7).– Ellos son los destinatarios y el fin último de cada Pacto Educativo, por lo que el llamado a escuchar y a comprometerse con ellos, sobre todo en la situación de mayor necesidad. Tal es el caso de aquéllos que han salido del Sistema Educativo y de quienes requieren de una fuerte regularización, entre otros. 8).– Ningún proyecto político, económico, ideológico o social, debe ver a la educación como un botín o instrumento de poder. La educación, en sí misma, exige claridad de intención, de operación y de fin. Educar es un acto de amor, de generosidad, de gratuidad. El estado, es decir gobierno y sociedad, deben articular juntos, con la máxima participación social posible, la educación en el País, para construir un futuro más digno y solidario. Es urgente desactivar los enconos, escuchar a los expertos, así como a los agentes directos de la educación.

Los maestros, principales agentes de la educación formal, hoy, más que nunca tienen que coadyuvar con
paciencia, generosidad y talento, mientras los padres de familia, primeros y principales responsables de la
educación de sus hijos (Cfr. Educar para una nueva sociedad, n. 64), es un llamado a involucrarse en las
escuelas, con orden, conciencia solidaria y, sobre todo, capacidad de escucha.

El Pacto Educativo Global, un llamado a invertir los mayores talentos, en los niños y jóvenes del país y las
autoridades civiles, empresarios, líderes sociales y políticos, deben hacer resurgir en cada espacio educativo, caminos de diálogo, construcción, paz y desarrollo humano, integral, solidario y sustentable. Es tiempo de lo esencial en cuanto a la transmisión de los conocimientos y métodos pedagógicos, pero sobre todo atender correctamente el estado socioemocional, principalmente de los alumnos y maestros y a las comunidades religiosas, obras diocesanas dedicadas a la educación a lo largo y ancho del país, y finalmente a los niños y jóvenes, su aprecio, ánimo y cercanía.

Que Santa María de Guadalupe, la principal colaboradora de Jesús Maestro, les inspire a dar ese sí confiado, fecundo y generoso. † Mons. Rogelio Cabrera López Arzobispo de Monterrey y Presidente de la CEM., † Mons. Alfonso Cortés Contreras Arzobispo de León y Responsable de la Dimensión Pastoral Educativa y de Cultura de la CEM., † Mons. Ramón Castro Castro Obispo de Cuernavaca y Secretario General de la CEM., † Mons. Faustino Armendáriz Jiménez Arzobispo de Durango y Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Profética.

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