Por Silvia Del Valle

Cuando tenemos hijos pequeños, los problemas son pequeños; pero cuando
nuestros hijos son adolescentes, los problemas son mayores y algunos pueden
tomar dimensiones verdaderamente descomunales, por eso es muy importante
darnos cuenta a tiempo si nuestros hijos están pasando por una crisis. Aquí están
mis 5 tips para ayudarnos a lograrlo.

PRIMERO. Es importante observar a nuestros hijos. 
Si estamos en constante comunicación con nuestros hijos podremos detectar
cualquier cambio de conducta o comportamiento desde sus primeras
manifestaciones.Estar irritable, estar violento con los hermanos, querer aislarse, no querer hacer
las comidas en familia o estar enojado todo el día pueden ser signos de alerta
para nosotros los papás.

¿Qué hacer si nos damos cuenta de alguno de ellos? Pues muy fácil, debemos
preguntarles el porqué de ese cambio de actitud, si obtenemos una respuesta de
nuestros hijos podemos asumir que no hay peligro; pero si lo que obtenemos son
negativas o largas para contestar, entonces es seguro que nuestros hijos están en
problemas. 
Con mis hijos procuro hacer mis labores como doblar ropa o hacer pares de
calcetines donde ellos están jugando o están viendo la televisión, así puedo
observar sus actitudes en sus juegos y detectar algún problema a tiempo y
además estoy aprovechando el tiempo haciendo cosas de la casa. 

SEGUNDO. Mantén una buena comunicación 
Para nuestros hijos es de vital importancia sentir que tienen un canal  de
comunicación siempre abierto con nosotros. 
¿Y cómo lo pueden sentir, si cuando vienen a hablar con nosotros los recibimos
con un «no tengo tiempo» o con un “estoy muy ocupado, no me molestes con tus
tonterías”? 
En mi caso, con mis hijos, en cuanto me doy cuenta de que les he contestado así,
dejo de inmediato lo que estoy haciendo y les pongo atención.  Si ya se había
retirado del lugar, lo llamo para que regrese y entonces le ofrezco una disculpa y
le pido que me cuente lo que me iba a decir. 
Claro que a veces se vale decirles que nos permitan un momento, pero siempre
con una actitud de atención y de interés hacia lo que  nos quieren decir.  

En mi familia, hemos decidido mi esposo y yo hacer una pequeña junta familiar de
15 minutos al final del día, puede ser mientras cenamos o de regreso de las
actividades deportivas que tienen nuestros hijos. En ella cada uno nos cuenta
como les fue en el día y como se sienten. 
Si uno tiene que contarnos algo más profundamente, lo llevamos a un lugar aparte
y le ponemos atención hasta que logra expresarnos lo que siente o piensa.  Esto
requiere paciencia. 

TERCERO. Vigila lo que hacen en las redes sociales o en el Internet 
Otro signo de alerta es lo que publican en las redes sociales o las páginas a las
que se meten nuestros hijos. 
Ahora que tenemos una ventana abierta de par en par en nuestras casas con el
internet, nos vienen problemas más graves ya que lo que a nuestros hijos no se
les había ocurrido, sus amigos y conocidos se los dan a saber. Ahora nuestros
hijos quieren ser aceptados en todos los medios y esto incluye el medio
electrónico, por lo mismo, necesitan cambiar su personalidad para lograrlo. Un
ejemplo son los mundos virtuales donde puedes escoger tu avatar (personaje), tu
nombre, el nivel económico y el trabajo que realizas, haciendo que se viva una
realidad paralela. 

CUARTO. Dar tiempo a cada uno 
A veces nuestros hijos necesitan pasar tiempo con nosotros solos. Por eso es muy
bueno que, de vez en cuando, les pidas que te acompañen cada uno en lo
particular, a realizar las diferentes actividades que tienes a lo largo de la semana. 
Por ejemplo, con mis hijos es algo difícil porque son cinco, pero  procuro llevar a
uno cuando voy por la despensa, a otro cuando voy al banco y así busco
momentos para pasar tiempo a solas con cada uno.  
Y es en estos momentos cuando ellos me cuentan cómo se sienten sin temor a
que los demás se burlen o los hagan sentir mal. 
Si contamos con un poco más de tiempo podemos llevarlo a tomar un helado y a
caminar al parque para que el ambiente sea mejor. 

QUINTO. No dudes en buscar ayuda 
No necesitamos que nuestros hijos estén pasando por una crisis para comenzar a
prepararnos y así saber cómo ayudarlos. 
Desde ahora podemos buscar libros sobre estos temas, podemos asistir a
conferencias donde se toquen los temas de la adolescencia o podemos organizar
talleres para que más papás compartamos nuestras experiencias y así podamos
edificarnos y ayudarnos mutuamente. La mejor solución a un problema es la prevención así que no podemos sentarnos
a esperar a tener a alguno de nuestros hijos en crisis para buscar soluciones.

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