Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
SUPERVIVENCIA CULINARIA
“Hacer hojaldre casero” era una de las cosas que tenía en mi lista de “cosas que quiero hacer en la vida”. Y ganas tenía… tantas como miedo. Por todas partes había leído que el hojaldre es muy delicado, que no se le puede tratar de cualquier manera, que…
Pero había que intentarlo, así que, en el último cumpleaños, vi la ocasión perfecta. Perfectamente errónea, me permito añadir. ¿¿A quién se le ocurre hacer hojaldre con los calores de agosto??
Se me deshacía la mantequilla, la masa se me pegaba al rodillo… Te diría que fue una catástrofe, pero, a fuerza de improvisar logré sacar la masa adelante. Ayer horneé unas pruebas, ¡y estaba muy rico!
En medio del desastre, me prometí a mí misma no volver a meterme en estos berenjenales, pero, superada la prueba, con lo que he aprendido, ¡creo que sería capaz de repetirlo!
Muchas veces nos da miedo equivocarnos, asumir riesgos, y, sin embargo, es cierto que “de los errores se aprende”. Me llama la atención que Jesús no da instrucciones detalladas a los apóstoles, como tampoco nos las da a nosotros. Dice simplemente: “Id y proclamad” (Mt 10, 7).
Pero, ¿de qué manera? ¿Y si lo hago mal?
Cristo cuenta con nuestro proceso de aprendizaje, y promete “enderezar” nuestros renglones torcidos. No quiere siervos que cumplan sus órdenes ciegamente, ¡quiere amigos! Al fin y al cabo, Él “no elige a los capaces, sino que capacita a los elegidos”.
Es un proceso a veces extraño, en que se mezclan tropezones y avances, pero lo importante es estar dispuesto a caminar, ¡seguir tras Sus huellas!
Hoy el reto del amor es pedirle al Señor una ocasión para llevar Su amor a alguien. Abre los ojos, ¡cada día es único! Tal vez puedes decir una palabra, o quizá solo un gesto… Como en la cocina, al practicar, aprendes, ¡y cada vez podrás preparar platos más “delicados”!
VIVE DE CRISTO