Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
LA LLAVE MAESTRA
La Madre Priora ya nos ha entregado las llaves de nuestros nuevos oficios. Sus primeros diez días como Priora han sido un ‘no parar’: ha estado hablando con cada una, organizando y mirando todas las posibilidades… y así ha podido ir concretando cómo estarán repartidos todos los oficios del monasterio.
Así que nos reunió en capítulo, y después de leer todos los nuevos oficios, fue llamándonos una a una para encomendarnos la nueva misión dentro del monasterio. Y al mismo tiempo que nos entregaba las llaves de nuestro nuevo oficio, nos regaló una cruz.
¡Me encantó el detalle! Pero es que, además, al recibirla junto con las llaves, me di cuenta de que esa sí que era la verdadera “llave” que necesitamos.
La cruz es ‘la llave’ con la que Cristo ha abierto todas las puertas, todos los cerrojos… Él, muriendo en la cruz y resucitando por nosotros, ha abierto todo lo que estaba cerrado, ha hecho posible lo imposible, nos ha hecho libres.
Y como es una cruz de bolsillo, pues ya viene conmigo a todas partes. Porque, ¿dónde llevamos las llaves normalmente? En el bolso o en el bolsillo… ¡siempre con nosotros!
Y uno acaba conociendo muy bien qué llave abre cada puerta… Pues bien, la cruz de Cristo es la llave que abre el camino del Amor. Cada día se presenta ante nosotros la disyuntiva entre elegir el camino más cómodo o escoger el camino del amor.
Él es el primero que nos ha amado incondicionalmente. Su Amor totalizante e incondicional es el que nos ha dado la libertad para poder amar también a los demás. Porque en Él encontramos todo lo que nuestro corazón anhela, y Su Amor nos hace libres.
Hoy, el reto del amor es llevar una cruz en el bolsillo. Así, cuando se presente ante ti la disyuntiva y no sepas qué camino escoger, puedas mirarlo a Él y encontrar la fuerza y la gracia para apostar por el amor.
VIVE DE CRISTO