Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
AMOR SIEMPRE NUEVO
Hace un tiempo se llevaron para restaurar el Cristo crucificado de nuestra iglesia. Cada vez que paso por delante me quedo mirando y solo me encuentro en la pared los dos clavos que los que sujetaban.
En voz alta le digo: “Cómo se nota tu ausencia, Señor”. Para mí, esta imagen tiene mucha historia vivida juntos. Mirándole a Él sentí la llamada a la santidad. En momentos de alegría he venido a darle gracias, pero también he venido muchas veces a llorar a Sus pies. Él siempre te mira desde la cruz y en Su mirada descubres Su amor.
Ahora que no está, notas mucho Su ausencia y valoras Su presencia. En la oración, le decía al Señor que no quiero acostumbrarme a Su amor, que quiero que cada día sea nuevo, que le descubra en Su esplendor todos los días.
Porque cuando nos acostumbramos a alguien o a algo, no lo valoramos, se pierde el amor y entran los derechos en juego. El amor gratuito desaparece porque todo se me debe. Este es el camino que hace que la vida se vuelva rutina.
Para Jesús, cada día era nuevo. Vivía desde la acción de gracias a Su Padre Dios. Y desde esta unión en la oración, veía a cada persona como única, veía lo que necesitaba su corazón, lo que estaba viviendo… Esto es lo que Jesús quiere vivir contigo, una relación personal porque te ama.
Hoy el reto del amor es pedirle a Jesús que no nos acostumbremos a Su amor, a Su presencia. Te invito a ir a una Eucaristía y pídele a Jesús que te revele este gran misterio y vivas del amor que en Él se derrama.
VIVE DE CRISTO