Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
SIN INSTRUCCIONES
En estas semanas de primavera, encender la gloria es un poco más complejo debido a los cambios de temperatura: de repente hace calor, y al día siguiente la temperatura baja mucho…
Durante el invierno quizás sea más fácil encenderla. Simplemente se coloca una gran cantidad de leña para asegurarse de que la sala esté bien calentita, y listo. Pero ahora, requiere revisar cada día qué es necesario echar. ¿El día más frío? Es necesario echar más leña al fuego… ¿el día más cálido? Simplemente mantener el calor…
Al darme cuenta de ello, me percato de que muchas veces me gustaría que amar fuera tan fácil como seguir unas instrucciones que nunca cambian, para saber qué hacer en cada momento, asegurándome de elegir el camino correcto. Pero cada vez veo más claro que la vida no es ni blanca ni negra, sino que está llena de colores, y que el camino se hace al recorrerlo.
El amor no tiene una forma concreta de manifestarse, ni todos los días requiere lo mismo. Como el fuego de nuestra gloria, cada día necesitamos mirar al otro, descubrir qué hay en su corazón y ver qué necesita realmente de mí. Pero precisamente por eso es amor.
Me impresiona cómo es el Corazón de Jesús. Los evangelios nos permiten vislumbrar Su trato con los demás, y nos hacen descubrir Su mirada profunda en el corazón de cada uno. No trata ni mira a todos igual, sino que ve el corazón de cada uno y, amándolo en su fragilidad, transforma a la persona. Me encanta el encuentro con la samaritana, o con Mateo…
Y en Él queda claro que el amor a veces debe hablar, pero en otras es mejor callar; sabe esperar y también actuar, sabe transmitir ilusión y sabe tener paciencia…
Hoy el reto del amor es ver cuánto fuego necesitan a tu alrededor. Hoy mira a Jesús, experimenta cómo Él te mira a ti, cómo te ama, cómo te comprende. Esa experiencia de Su Amor será el impulso para ver a los demás como Él los ve.
VIVE DE CRISTO