El nombre «Jorge» es sin duda el más común entre los cristianos de Tierra Santa. Una visita a la iglesia ortodoxa griega construida sobre las ruinas de su casa y sobre su tumba en lo que antes se conocía como Lidda, es también ocasión de una oración por el Pontífice, nacido Jorge Mario Bergoglio, con motivo de su onomástico, el 23 de abril.
Roberto Cetera – Jerusalén
A medio camino entre Jerusalén y Tel Aviv se encuentra Lod. Es la antigua Lidda, donde según los Hechos de los Apóstoles Pedro curó a un paralítico. Pero es más conocida por ser la ciudad donde vivió y habría muerto, mártir, San Jorge. En toda Palestina e Israel, la devoción a San Jorge es muy popular. El nombre «Jorge» es sin duda el más común entre los cristianos que viven en Tierra Santa. Una visita a la iglesia ortodoxa griega construida sobre las ruinas de su casa y su tumba es también una oportunidad para rezar por el Papa Francisco con motivo del día de su santo.
El hospitalario archimandrita Markellos, de origen griego pero que fue monje en Estados Unidos durante muchos años, es también el párroco de la pequeña comunidad ortodoxa compuesta principalmente por inmigrantes, en esta iglesia que es un pequeño tesoro de arte de estilo bizantino. Según la tradición, San Jorge nació en Capadocia, tierra natal de su padre, pero su madre, Polikronia, era de Lidda, y aquí vivió la familia. Las noticias sobre la vida de San Jorge, que vivió unas décadas antes de Constantino, son bastante inciertas. Pero en la cripta de la iglesia se encuentra el sarcófago que contiene su cuerpo, abierto por última vez hace unos dos siglos».
Markellos prosigue: «Teniendo en cuenta la popularidad de la que goza San Jorge en todo el mundo (es el patrono de decenas de países, entre ellos, como es bien sabido, Inglaterra), este lugar también merecería por su belleza artística figurar en los itinerarios de los numerosos peregrinos que acuden a Tierra Santa. Saber, pues, que el Santo Padre lleva originalmente su nombre enorgullece a nuestra comunidad. Por eso estoy muy contento, junto con mis hermanos latinos de la Custodia, del Patriarcado y de la Nunciatura, que han venido hoy desde Jerusalén para rezar con nosotros, de poder decir desde la casa de San Jorge: ¡Felicidades Papa Francisco!»