Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
SU LUZ PERMANECE
Uno de los signos que más me gusta de la Pascua es el cirio pascual. Las sacristanas, durante estos 50 días que dura la Pascua, tenemos que estar pendientes de encenderlo en cada celebración, de cuidarlo, para que permanezca luminoso en el centro de la iglesia o de la capilla.
Es un signo, pero como todo signo tiene un sentido mucho más profundo. El cirio tiene forma de columna, como la columna de fuego que acompañó a los israelitas durante los 40 años en el desierto. Mientras cantábamos esto en el Pregón Pascual, descubrí que uno de los sentidos es que Su Luz permanece siempre encendida en medio de nosotros, guiando nuestro caminar. La cincuentena pascual… ¡y toda nuestra vida!
En la Vigilia Pascual, nos fuimos pasando la mecha de Su Fuego, hasta que todos estuviéramos iluminados. Y aún en medio de una nocturna oscuridad, todos comenzamos a ver, porque teníamos luz.
Cristo, en la Pascua, ha triunfado sobre toda oscuridad, ha irrumpido en medio de nosotros con Su Luz, y donde hay luz se acaba la tiniebla. Él ha roto por nosotros con todo aquello que impedía poder ver, y dándonos Su Luz, nos ha regalado unos ojos nuevos para ver la realidad con Sus Ojos.
Y «Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más», sino que Él es la Luz que permanece siempre. Lo hizo aquella noche, pero lo actualiza hoy de nuevo para ti. Hoy, aunque sea en medio de la semana, comienzo de mes… ¡hoy de nuevo es Pascua! Cristo ha resucitado para ti, para que vivas con Su Luz. Y si está Él en medio de nosotros, ¿qué temer?
Hoy el reto del amor es vivir este miércoles con la Luz del Resucitado. Su Luz nunca se separa de ti, y desde esa certeza tendrás la fuerza para afrontar los avatares que hoy tengas por delante. Él siempre estuvo, siempre está y siempre estará. Acude a alguna celebración en una iglesia, y contempla el cirio que preside todo con Su Luz. Cristo Resucitado será tu Luz.
VIVE DE CRISTO