Konaté Hernández
Cuando veas a una chica o un joven, metido en las cosas del Señor, no lo señales, no lo juzgues, no murmures, porque no es fácil ser joven y estar al servicio de Dios.
Hay jóvenes que luchan contra su pecado, que padecen depresión, frustración, otros contra su carácter y otros más, con sus propias luchas internas, pero si tú lo ves de pie, es por la gracia del Señor que lo levanta, y que si no fuera por la Misericordia de Dios nadie estuviera de pie, ni tú ni yo.
Por eso, te recomiendo alentar, restaurar, animar, orar para que la juventud siga, persevere en su búsqueda por aquel que es Camino, Verdad y Vida, tomados de la mano y por intercesión de María Santísima.