Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
«¡DE QUÉ COSAS TE VALES, SEÑOR!»
Esto le decía al Señor anoche al terminar las vísperas. Y es que me sucedió una cosa curiosa.
Todo comenzó muchos meses atrás, cuando una persona que de vez en cuando viene a rezar vísperas con nosotras, se dejó sus gafas en el banco. Desde entonces las guardaba esperándole.
¡El Señor se puede valer hasta de un “objeto perdido” para hacernos un bien! Sí, porque cada vez que las veía me acordaba de él, y ya estaba un poco extrañada de que pasaran tantos meses sin que pasara por aquí. Y es que hasta el simple recuerdo de una persona, se puede transformar en una oración.
Cuando ayer entré por la puerta de la capilla para rezar vísperas, esa persona que tantos meses había estado esperando estaba ahí, sentado en los bancos de nuestra capilla y yo tenía algo para él.
Esperé a que terminaran las vísperas, y me animé a preguntarle y le dije que sabía que hacía tiempo que no venía y que habíamos estado rezando por él… se quedó muy sorprendido, porque realmente le habían sucedido acontecimientos importantes en estos meses. Le di las gafas, y le compartí que el Señor se valió de aquel objeto perdido para que le tuviéramos presente todos estos meses. Pero que ahora lo seguiríamos haciendo igualmente.
De todo el Señor saca un bien, hasta de aquello que en apariencia nos causa un mal, o nos hace estragos en un cierto momento. Quién sabe de lo que se puede valer el Señor en medio de esa situación… Pero lo que es seguro es que Él siempre nos devuelve un bien mayor.
La cuestión es aprender a esperar en el Señor en medio de esa situación, con la confianza de que es Él quien lleva nuestro camino. Si hasta del mayor mal que nosotros hemos podido causar, que fue Su muerte, Él ha sacado la Resurrección y la salvación… ¡no hay nada que sea demasiado para Él!
Hoy el reto del amor es confiar en el Señor. Esperar pacientemente en Él, volver a entregarle todo una y otra vez para que nuestro corazón aprenda poco a poco a depositar el control de nuestra vida en Sus manos.
VIVE DE CRISTO