Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo.– Muchas son las anécdotas que han impactado su ministerio episcopal desde que asumiera el cargo en 2004, indicó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas en entrevista exclusiva para el periódico Sagrada Familia en la Catedral de la Santa Cruz y Santísima Trinidad en Cancún.
La alegría sencillez de la zona maya, donde ha administrado el Sacramento de la Confirmación, palpar la cercanía de la gente humilde, constatar una fe pura, limpia, profunda, alegre y una gran felicidad de creer en Dios, alegría que contagia, una satisfacción gratificante, gran regalo, es lo que más le impacta.
A lo largo de 19 años, hay anécdotas tristes, como la de quienes se retiran de la Iglesia, se sienten “yoteos” es decir, creerse dioses, “yo digo lo que tiene que ser”, “yo no estoy de acuerdo con la Iglesia”, “yo creo que esto está bien aunque esté mal”, “yo creo que esto no debe de ser así”, entonces esas personas ególatras, se convierten en dioses, al sentirse centro absoluto del universo, lo que es una pena porque el “centro absoluto del Universo es Dios, no nosotros”.
El mundo vive tiempos de ofuscación, por lo que recomendó a las familias, en especial a la juventud formarse un juicio crítico a través de la lectura de la Palabra de Dios, aplicarla y asimilarla a su propia vida, esto al recordar la conferencia de Pablo Muñoz Iturrieta, en el 29º Encuentro Mariano, de apagar el celular y encender el cerebro a la Palabra de Dios, explicó.
La cultura basada en la familia, rica en valores, es deber conservar, cuidar, desarrollar, preservar y evitar la imposición de ideologías extranjeras, inventadas con la intención de dominar, hacer negocio, como los anticonceptivos que es un “negociazo”. Es importante “tener un juicio y un pensamiento crítico, distinguir lo bueno de lo malo”, y “cuidar, conservar, proteger la cultura a través de una lectura, valores y no optar por la maldad, lo malo, dañino, incorrecto, la falsedad, mentira.”
Un juicio crítico es para no tragarse todo lo que presentan las redes sociales como verdadero mentiras, noticias falsas, dañinas que hacen mal, al dañar las neuronas del cerebro, descontrola, acelera, desequilibra, v. gr., un chiquillo de 6 años que empieza a ver cosas de adultos, se acelerará, adelantándose su metabolismo hasta quedar medio desquiciadillo.
Su preocupación, es cumplir el gran reto de incrementar las vocaciones, animar a los jóvenes a ingresar al Seminario, formarlos para que sean buenos pastores, afincados profundamente en su identidad sacerdotal. Un problema que se debe de afrontar. El Seminario Menor cuenta con 43 jóvenes y poco más de 30 el Seminario Mayor, un total de 74 en ambos seminarios, entonces la cosa, es seria, porque luego de mucho seleccionar, no todos perseveran. El Seminario Mayor cuenta con dos edificios, para albergar más de 100 jóvenes. Sin embargo la baja en las vocaciones, se debe a la situación mundial, al haber menos creyentes, más ateos, indiferentes, fríos, debido a que la familia no recibió educación cristiana, como en generaciones pasadas, hoy los padres ausentes, las madres no eduquen en la fe, aunque la abuelita, la catequesis, alguna monjita, grupo apostólico, pudieran suplir esa carencia, pero las raíces de la fe, se forman desde abajo. La situación se complica, porque la familia que antes era la primera y más importante en educar en la fe, hoy es la televisión, celulares, la calle, bandas.
Cuando el Papa le comunicó de la elevación a Diócesis en 2020, con las palabras “habiendo crecido tan admirablemente la prelatura la vamos a elevar al grado y dignidad de Diócesis”. Ver el crecimiento de la Iglesia Particular, bendecir muchas iglesias, terrenos, tinglados convertidos en grandes iglesias, v. gr., la parroquia Cristo Resucitado antes de lámina de cartón, varillitas, muchas ramitas y plantitas, hoy es enorme; la parroquia Virgen de San Juan y muchísimas otras, hoy son tan grandes, con mucha gente. Un tingladito así fuera una lona, un toldito, como el que estaba en el Santuario María Desatadora de Nudos con apenas 10 personas que iniciaron, solo tenía un toldo, que estaba limpiecito porque no era de ninguna industria refresquera, cervecera, son tantos tingladitos y un crecimiento admirable de las iglesias, es lo que le agrada.