Konaté Hernández

Playa del Carmen.– Para salvar la vida matrimonial y evitar su desintegración familiar, se debe implementar la Fe en la Familia, rubros que ataca con agresividad el mundo, aseguró el padre Manuel de Jesús Prieto Pecero, L. C. en Playa del Carmen.

Para tener una familia y un matrimonio sano, es importante enfocarse en la formación, educación, valores, en busca de preparar e inmunizar a los hijos de lo que hoy les ofrece el mundo, recomendó.

Aseguró que la solución es preservar la vida en la fe y en la familia, en un país que se desintegra, donde abundan familias disfuncionales, hijos desorientados que se hunden en el alcoholismo, drogadicción, hijas que se embarazan muy jóvenes, por lo que, el deber de los padres es el de cuidar, proteger, apoyar a la familia, fomentar la fe, mantenerse en pie y buscar a Cristo. No hay una varita mágica.

En entrevista para el periódico Sagrada Familia, durante un fin de semana lluvioso, en presencia de padrinos y familiares, testigos de la administración del Sacramento del Bautismo al niño Dante Gabriel de un mes de nacido, que presentaron sus padres Cinthia Polanco y Gerardo Uicab, su abuelita materna Adela Chi, para recibir las aguas bautismales en el bautisterio. El Padre Manuel de Jesús Prieto Pecero, L. C. nació un 18 de junio de 1964 en Fuente del Maestre, provincia de Badajoz, comunidad autónoma de Extremadura entre Mérida y Sevilla, España, menor de 6 hermanos, hijos de

don José Prieto y doña Jerónima Pecero.

Una vocación que no surge en la adolescencia, pero inquieto se cuestiona –si algún día “Diosito” me llama, ¿por qué no seguir la vocación?, (sic)–. Al concluir la preparatoria, ingresó a la Escuela Militar, donde permaneció por 4 años, hasta conocer a un amigo que lo invitó a ingresar al Seminario, llamada que llegó a su interior cuando tenía 23 años, y con la guía espiritual de un sacerdote. Al manifestar su vocación a su familia, su mamá, esperaba terminara la carrera militar, sin embargo respetó su decisión, su papá falleció cuando estudiaba la secundaria.

Estudió el Noviciado, Postulantado y Humanidades Clásicas en Salamanca, España, mientras en Roma realizó estudios de Filosofía y Teología. Recibe la ordenación sacerdotal de manos del Cardenal Ángelo Sodano, un 24 de junio de 1998, en ese tiempo Secretario de Estado de San Juan Pablo II.

Siendo seminarista llegó a Chetumal en 1992; luego de ser ordenado, realizó su ministerio en hospitales. Párroco por tres años de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes en Cancún, 16 años en Cozumel, un breve tiempo en la zona maya. Desde abril de 2023 se hace cargo de la guía espiritual de la recién elevada a Cuasiparroquia María Auxiliadora en el fraccionamiento Villas del Sol en Playa del Carmen.

Aun cuando se palpa cierta mejoría, la inseguridad, está latente y es complicada, pues muchos jóvenes se ven envueltos en el alcoholismo, drogadicción, desintegración familiar, sobre todo cuando ingresan a la preparatoria en un ambiente que los envuelve, y hace que pierden la fe, es lo que le preocupa. Una comunidad trabajadora pero heterogénea, lo contrario de Cozumel, donde la mayoría es de la Península, es lo que le agrada, además de la entrega de los matrimonios, familias, ministros, que ayudan, colaboran, apoyan en las actividades eclesiales, una bendición y un consuelo a pesar de la heterogénea zona.

Finalmente, y aunque son muchas las experiencias que han marcado su ministerio, destacó que dar atención espiritual a los enfermos terminales, estar junto a ellos, en el hospital o en su casa, es una experiencia que ha marcado su vida y su ministerio sacerdotal, concluyó el padre Manuel de Jesús Prieto Pecero, L. C.

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