Por Silvia del Valle
 
Acaba de terminar la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de
los Obispos y me hace pensar que la sinodalidad no es otra cosa que caminar juntos y por
eso creo que debemos aplicarlo a todos los aspectos de nuestra vida incluida la familia. 
 
Como célula básica de la sociedad, la familia debe ser el primer lugar donde se viva la fe
(primera Iglesia) el primer lugar donde se enseñen los valores y virtudes (primera escuela)
y también el primer lugar donde se camine juntos, en todos los aspectos, pero
principalmente hacia el cielo (pequeña comunidad de vida y amor).
 
Si lo vemos así entonces debemos llevar un estilo de vida muy especial y por eso aquí te
dejo mis 5Tips para lograrlo.
 
PRIMERO. Adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor.
Es muy importante que tengamos siempre y en primer lugar el Amor a Dios por sobre
todas las cosas ya que ese será nuestra ancla en medio de las tempestades del mundo y
que la sociedad nos propone para acabar con la familia. 
 
Es necesario educar a nuestros hijos en ese Amor de Dios, es decir, que puedan sentir que
es Dios quien les ama por medio de nosotros sus papás. 
 
Por lo mismo, el Amor debe ser incondicional, debe ser paciente, debe alcanzarlos a todos
por igual, debe ser tierno y buscar sanar las heridas que la vida cotidiana va haciendo en
cada uno de los miembros de la familia, el amor debe ser servicial. 
 
Que todas nuestras acciones estén impregnadas de Amor para que, si educas, sea por y
con amor; si corriges sea con y por amor y no por enojo o coraje por que el día fue muy
pesado y alguien tiene que pagarlo. 
 
¿Cómo lograrlo? Pensando antes de actuar si lo que vamos a hacer le da gloria a Dios, si
sirve para adorarlo o nos aleja de Él. 
 
 
SEGUNDO. Amar es Adorar. 
Estemos vigilantes, no vaya a ser que nos pongamos nosotros mismos en el centro, en
lugar de poner a Dios; o que pongamos cosas en lugar de poner a Dios. 
 
Muchas veces endiosamos los bienes materiales como el dinero, los coches, las casas, la
ropa, etc. y dejamos de lado a Dios sin darnos cuenta que nuestros hijos aprenden de
nuestro ejemplo y que si vivimos sin Dios ellos lo sacarán de su vida y será muy difícil que
entre en su vida. 

Si logramos que Dios tenga el primer lugar en nuestra vida familiar desde el principio,
nuestros hijos crecerán con ese estilo de vida y será parte indispensable en su vida en
todo momento. 
 
Podemos tener momentos especiales para demostrar nuestro amor a Dios como puede
ser asistir a la Santa Misa en familia, visitar al Santísimo todos juntos, rezar el Rosario en
casa y de forma adecuada para que todos los miembros de la familia lo puedan seguir,
rezar juntos para agradecer los alimentos, etc. 
 
En nuestro horario familiar pueden estar bien marcados estos momentos y así el resto de
nuestro día estará enmarcado por el tiempo con Dios. 
 
TERCERO. Amar es servir.
El que ama está dispuesto siempre a buscar el bien del otro, a servir para buscar el bien
común, es decir, sin buscar nada a cambio. 
 
En la familia debemos tener todos bien claro que lo que uno hace le afecta a todos y lo
que se deja de hacer va en perjuicio de toda la familia. 
 
Es bueno que desde pequeños enseñemos a nuestros hijos a ser serviciales, a buscar
ayudar en lo que se pueda conforme a sus capacidades y madurez.
 
Se que llega una edad en la que los hijos adolescentes no quieren hacer labores en casa,
pero si los educamos desde pequeños en el servicio, será todo más fácil. 
 
Hay estrategias muy pedagógicas y sencillas para lograr que ayudar sea divertido como
pueden ser concursos, marcadores de triunfos, ofrecimientos de buenas acciones, etc.
Podemos dejar que nuestra creatividad nos ayude en este punto. 
 
Para los hijos mas grandes podemos irles asignando algunas labores sencillas como
recoger los platos de la mesa después de comer o ayudar a recoger la ropa que queda en
la sala cuando llegamos. 
 
Las tareas pueden ir aumentando de complejidad conforme crecen nuestros hijos. 
 
 
CUARTO. Caminar juntos es pasar tiempo juntos. 
Es necesario que nuestros hijos, sobre todo los adolescentes, tengan claro que es
necesario pasar tiempo juntos para convivir y conocerse cada vez más.
 
Es bueno realizar actividades apostólicas juntos, hacer ejercicio en familia, salir de
campamento o de vacaciones juntos mientras las actividades propias de los hijos que han
crecido lo permitan; pero aún en estas condiciones es necesario programar actividades
que permitan que la familia camine junta. 

Nos ha tocado vivir un tiempo de hiper comunicación, donde los celulares juegan un papel
importante en la vida familiar, pero debemos encontrar tiempo para pasarlo sin ellos y
solo en familia para lograr consolidar nuestro estilo de vida familiar. 
 
 
Y QUINTO. Dar testimonio del Amor de Dios en nuestra vida y con nuestra vida.
La sinodalidad es un concepto nuevo pero que ha existido desde siempre ya que una
familia debe caminar siempre unida.
 
En la actualidad ya es raro ver que las familias anden juntas, que haga actividades de
convivencia y esparcimiento, que vayan a la Santa Misa y que asistan a la Iglesia juntos,
por eso es necesario que seamos valientes y nos atrevamos a dar testimonio de que si se
puede caminar juntos en familia. 
 
Si tus hijos son pequeños es más fácil ya que dependen de ti para realizar sus actividades,
conforme van creciendo se vuelve más difícil empatar agendas y cuando llegan a la
juventud se vuelve casi imposible pasar tiempo juntos, pero debemos establecer fechas
importantes para la familia para que caminemos juntos. 
 
Los cumpleaños, navidad, año nuevo, pascua son fechas que debemos pasar en familia y
dar testimonio en la sociedad de nuestra vida en familia. Tú puedes agregar tantas otras
fechas como tu familia necesite. 
 
Seamos una familia unida, sinodal y misionera, porque el mundo necesita de nosotros en
familia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Contenido Protegido