Lisboa, Portugal.– Permanecer en la memoria de estos jóvenes como casa de fraternidad y ‘ciudad de los sueños”, es el agradecimiento del Romano este fin de semana ante un millón 500 mil de peregrinos en el “Campo de Gracia” para la Vigilia de Oración y la Misa de envío, en Lisboa Portugal.
Luego de una noche marcada de adoración Eucarística y descansar bajo las estrellas, la juventud despertó con la oración matutina y la alegría de la música que prepara el inicio la Santa Misa.
Entre los sectores donde están ubicados a los jóvenes, los más cercanos al altar son los jóvenes con discapacidades o capacidades diversas -algunos de ellos en sillas de ruedas asistidos por los voluntarios-. Otros seguían las indicaciones del lenguaje de señas, participando así de la gran fiesta de la juventud. Otros jóvenes en la gran Parque Tejos en Lisboa seguían la ceremonia a través de grandes pantallas.
El texto evangélico «Señor, ¡qué bien estamos aquí!» (Mt 17,4) recordó las palabras del apóstol Pedro en el monte de la Transfiguración, y también la experiencia de la Jornada Mundial de Juventud un encuentro con Cristo: “Es hermoso lo que estamos experimentando con Jesús, lo que hemos vivido juntos y es hermoso cómo hemos rezado, y con tanta alegría de corazón”.
Y les preguntó a los jóvenes de la JMJ: ¿qué nos llevamos con nosotros volviendo a la vida cotidiana?
“Quisiera responder a este interrogante con tres verbos, siguiendo el Evangelio que hemos escuchado. ¿Qué nos llevamos? Resplandecer, escuchar y no tener miedo. ¿Qué nos llevamos?, respondo con estas tres palabras: Resplandecer, escuchar y no tener miedo”, dijo el Papa.
“Resplandecer, la primera palabra, sean luminosos, escuchar, para no equivocarse el camino, y al final, la tercera palabra, no tener miedo. No tengan miedo. Una palabra que en la Biblia se repite tanto, en los Evangelios, no tengan miedo. Estas fueron las últimas palabras que en este momento de la transfiguración Jesús dijo a los discípulos: No tengan miedo».
El intenso sol de la mañana en Lisboa hacía de la ceremonia una luminosa celebración acompañada por Un millón 500 mil peregrinos, entre ellos 10 mil sacerdotes y 700 obispos concelebrantes.
Resplandecer es una invitación a “testimoniar con la vida, la fe que vivimos, incluso en las debilidades, pero siempre confiados en Dios”, comentó Luisa una peregrina mexicana. Ricardo de España que hacía cantos junto a su grupo de amigos, dijo que para él la exhortación del Romano Pontífice es a “Escuchar”, “dejarse iluminar por la Palabra de Dios y fomentar el amor por la lectura del Evangelio”. Mientras que para Estefanía de República Dominicana, la invitación a “No tener miedo”, considerando que “la mejor manera es tener a Cristo en el corazón, sin dejarlo a un lado”.
Los organizadores portugueses en el Campo de Gracia, ya vivían la alegría de la tarea bien cumplida de la JMJ 2023. Y el Papa les agradecía: “obrigado”, junto a todos los jóvenes, autoridades del país, la Iglesia en Portugal, y de manera espacial también recordó a San Juan Juan Pablo II: “que dio vida a las Jornadas Mundiales de la Juventud”.
Para luego anunciar las próximas citas internacionales de la juventud católica, invitándolos primero a Roma (Italia) en el 2025 para el Jubilo de los Jóvenes. Y en el 2027 en Seúl (Corea del Sur) la próxima Jornada Mundial de la Juventud: “desde la frontera occidental de Europa se trasladará al Lejano Oriente: ¡este es un hermoso signo de la universalidad de la Iglesia y del sueño de unidad del que ustedes son testigos!”, expresó el Papa.
Luego de la bendición, la gran multitud de peregrinos comenzaron a dejar el campo de Gracia para volver a sus patrias a dar respuestas personales de lo que se llevan de la JMJ.