Por Silvia del Valle

Ya casi es la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y esto me hace pensar que, a
veces, le decimos oraciones sin darnos cuenta de lo que pedimos en ellas.
Esta jaculatoria es hermosa y muy profunda, «haz mi corazón semejante al Tuyo», con
esto le pedimos a Jesús que nos ayude a tener los mismos sentimientos que Él.

Pero, ¿en verdad sabemos todo lo que esto significa? Yo creo que es muy bueno que
lo pidamos, pero también creo que debemos estar dispuestos a tomar en serio lo que
pedimos y hacerlo un estilo de vida, personal y familiar. Por eso aquí te dejo mis 5Tips
para lograrlo.

PRIMERO. Conozcamos la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Es bueno que busquemos literatura o videos donde nos den a conocer cómo fue que el
Sagrado Corazón de Jesús se le presentó a Santa Margarita María de Alacoque en
1673 y todo lo que le dijo. Actualmente existe mucho material para todas las edades y
lo tenemos al alcance de nuestra mano ya sea en internet o en las diferentes librerías
católicas.

Es necesario incluir a los más pequeños de la familia para que puedan vivir la
espiritualidad que la familia vive. Para ellos puedes encontrar material en videos cortos
en Flor y Canto. Santa María Reina de la Paz.
Porque solamente conociéndolo podremos amarlo y tratar de imitarlo.

SEGUNDO. Tengamos claro cuáles son las promesas para los devotos.
Para que te sea más fácil aquí te las dejo:

  • Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
  • Les daré paz a sus familias.
  • Las consolaré en todas sus penas.
  • Séré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
  • Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
  • Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
  • Las almas tibias se volverán fervorosas.
  • Las almas fervorosas harán rapidos progresos en la perfección.
  • Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
  • Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los
    corazones más endurecidos.
  • Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta
    devoción.
    Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente
    concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos,

la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus
Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.
Siempre podemos hacer material didáctico con ellas para que nuestros hijos puedan
conocerlas y entenderlas.

TERCERO. Abramos nuestro corazón para que Jesús actúe en él.
Porque si no le damos permiso, no puede regalarnos sus dones. Él respeta nuestra
libertad.

Para nuestros hijos pequeños esto es muy sencillo porque son más nobles y están
dispuestos a que los guiemos, pero con nuestros hijos adolescentes esto puede ser
algo complicado pues quieren tener las riendas de su vida, aunque no sepan por cuál
camino quieren ir, es por esto que debemos darles a conocer estas promesas a
temprana edad para que se enamoren de ellas y las hagan propias.

Sobre todo, demos ejemplo con nuestra actitud de ser abiertos a lo que Jesús vaya
haciendo en nuestros corazones. En lugar de estarnos quejando de las complicaciones
de la vida o de las pruebas que se nos vayan presentando, ofrezcamos todo y veamos
la mano de Dios en cada momento para así ser mansos y humildes como Jesús lo fue.

CUARTO. Estudiemos la Palabra de Dios para conocer mejor a Jesús.
El Sagrado Corazón de Jesús es el mismo Jesús de los Evangelios y esto nos permite
saber cómo actuaba, lo que sentía y lo que hacía con esos sentimientos; es una forma
de verlo más cercano a nosotros y así tener parámetros imitables, es decir, que
podemos hacer nuestros, para buscar tener el corazón como el de Jesús.

Podemos empezar por uno de los Evangelios y leerlo atentamente, buscando las
actitudes, sentimientos y acciones concretas de Jesús para aprender de Él cómo
debemos actuar y reaccionar ante las diferentes situaciones que la vida cotidiana nos
presenta.

Este ejercicio lo podemos hacer también con nuestros hijos, ya que hay Biblias para
todas las edades, solo debemos tener cuidado de que sea una Biblia Católica.

QUINTO. Podemos ser guardias de honor del Sagrado Corazón de Jesús.
Una forma concreta de ejercitarnos en hacer nuestro corazón al modo del de Jesús es
pertenecer a la Guardia de Honor.

Esto solo consiste en ofrecer una de las horas de nuestro día, con las actividades
cotidianas de esa hora, a Jesús, para acompañarlo en sus dolores, amarlo, glorificarlo y
reparar las ofensas que recibe de los hombres.

Sólo de esta forma podremos abrir nuestro corazón y nuestra familia para que Jesús
haga nuestro corazón semejante al suyo y podamos tener sus sentimientos y actuar
como Él lo haría en nuestra vida cotidiana.

Estoy segura que si todos lo hiciéremos, el mundo, sería distinto y viviríamos más
llenos de paz y amor fraterno. Siempre podemos empezar por nosotros mismos y
cuanto antes mejor.

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