Konaté Hernández

Cancún, Quintana Roo.— A casi dos años no realizarse el tradicional Viacrucis a causa del confinamiento a raíz del Sars CoV–2, este 2023, las comunidades parroquiales de la Iglesia Particular en Quintana Roo retomaron las actividades propias de estos santos días.

Triduum Sacrum, del latín, el Triduum Paschale, periodo que la liturgia católica conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, constituye el momento central de Semana Santa y del Año Litúrgico.

Luego de 23 años ininterrumpidos este es un año especial debido a que el Viacrucis lo han realizado en promedio 150 personas de diferentes apostolados que integran el Comité Organizador, en la parroquia de Cristo Rey en Cancún, indicó el padre Luis Carmelo Suena Díaz, L. C.

La ciudadanía se ha volcado a manifestar una fe viva, intensa en el desarrollo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, en las comunidades parroquiales de la Iglesia Particular de la geografía quintanarroense, es por eso que el Jueves Santo Con el Lavatorio de pies, institución del sacerdocio, Eucaristía y el Sacramento del Amor, Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C., presidió la Misa en el parque de las Palapas, en esta ciudad.

Las imágenes del Viacrucis viviente recuerdan lo que vivió Nuestro Señor Jesucristo por aquellos santos años, y que hoy es tradición y una herencia de la Iglesia y forma parte de nuestra fe, continúo el padre Luis Carmelo Suena Díaz, después de bendecir a los participantes del Viacrucis este Viernes Santo 7 de abril.

Agregó que “si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe”, como diría el Apóstol San Pablo, palabras que hacen eco en nuestros corazones, y que es la celebración a realizarse el Sábado Santo, fecha importante, para la Iglesia que recuerda la Resurrección del Señor con la Vigilia Pascual a las 8:00 pm en el parque de las Palapas y continuar el Domingo de Resurrección, concluyó el padre Luis Carmelo Suena Díaz.

La Vigilia Pascual es la celebración litúrgica que conmemora la Resurrección, tiene lugar muy entrada o noche madrugada del Domingo.​Es la celebración más importante del año para la religión católica e incluye los símbolos de la luz y el agua.

La Iglesia Católica es una liturgia especial, de máxima solemnidad, en la que presbíteros y diáconos revestidos de ornamentos blancos en señal de alegría por la Resurrección de Cristo, aunque normalmente, el obispo o presbítero suele vestir una casulla o capa pluvial dorada por la gran solemnidad, ya que es el centro del año litúrgico.

La vigilia se realiza a oscuras, encendiéndose y bendiciéndose un fuego en el atrio, fuera del recinto; fuego que se toma para encender el Cirio Pascual, enorme vela que simboliza a Cristo Resucitado, para continuar con la procesión del obispo, presbíteros y ministros. A la entrada de la Iglesia los diáconos que llevan los Cirios cantan: «Luz de Cristo» y los fieles cantan: «Oh Luz Gozosa de la Santa Gloria del Padre Celeste e inmortal Santo y Feliz Jesucristo». El Cirio Pascual avanza y a mitad del camino se vuelve a cantar y los fieles encienden sus velas propias de la llama del Cirio, a medida que los diáconos avanzan con el cirio en alto. Los diáconos se detienen en tres oportunidades para cantar: «Luz de Cristo», a lo que los fieles responden: «Demos gracias a Dios» y así sucesivamente hasta llegar al altar y se encienden algunas luces.

Ya en el presbiterio, se coloca en el centro junto al altar o junto al ambón y el sacerdote lo inciensa tres veces. Se encienden algunas luces del Templo (quedando a media luz), acto seguido, el diácono, presbítero, obispo celebrante o un cantor entona el Pregón pascual, antiguo himno alusivo a la noche de Pascua que proclama la gloria de la Resurrección de Cristo, que envolverá toda la liturgia de esta noche santa. ¡Felices Pascuas de Resurrección!

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