Cancún, Quintana Roo.— Queridos hermanos fieles de esta Iglesia Particular de la Diócesis de Cancún—Chetumal, es el cordial y afectuoso saludo de Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C., este fin e inicio de año, desde la catedral se la Santa Cruz y Santísima Trinidad en Cancún.
El paso del tiempo nos llama a aprovechar mejor el tiempo, a hacer más en menos tiempo, mencionó.
A hacer todo el bien que podamos hacer en el tiempo que disponemos. ¿Cómo he aprovechado el tiempo el año pasado?, ¿Cómo voy a aprovechar el tiempo el año que viene? ¿Qué hice en seis meses del año que está terminando? ¿No pude haber hecho en medio año, lo que hice en todo el año?
Queridos hermanos, aprovechemos mejor el tiempo, que al final de nuestra vida lo único que queda es lo que habremos hecho por Cristo y por nuestros hermanos. “El tiempo pasa la eternidad nos espera”. El tiempo es oro, hay que saber invertirlo, hay que sacar los mejores réditos de nuestro tiempo. El tiempo se nos acaba, hay que hacer todo lo que podamos hacer por nuestros hermanos.
Hay que hacer todas las obras de misericordia, que podamos hacer. Porque al final del año y al final de la vida. Lo único que queda es lo que habremos hecho por nuestros hermanos. Lo demás es como el humo que se desvanece y no queda nada, continuó.
Aprovechemos el tiempo, hagamos todo lo que podamos hacer por nuestro hermanos, porque: “El tiempo pasa y la eternidad nos espera”. La bendición de Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre, Amén, concluyó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas. L. C. Obispo de la Diócesis Cancún—Chetumal