Por Silvia del Valle 

Este tiempo de cuaresma es el tiempo por excelencia para trabajar en la conversión de nuestro corazón y tenemos una oportunidad de oro en esta recta final para lograr cambiar lo que nos pesa, lo que nos aleja del camino que Jesús nos ha marcado como camino de salvación. 

En cierto sentido es como hacer limpieza de la casa, que es nuestro corazón y resanarlo para que este digno para que Jesús pueda habitar en él, por eso hoy te dejo mis 5Tips para lograrlo. 

PRIMERO. Haz una revisión general para saber en qué estado estamos.

Es tiempo para hacer un examen de conciencia profundo, ubicar lo que debemos cambiar, lo que debemos lavar, lo que nos hace sentir mal, lo que sabemos que le ofende a Dios, nuestros defectos y afectos, nuestras debilidades y pecados recurrentes; de esta forma tendremos claros los pasos que debemos dar para lograr tener nuestro corazón digno y a tiempo para vivir la Semana Santa y después la gran fiesta de la Pascua. 

Podemos hacerlo revisando mandamiento por mandamiento para ver en que hemos fallado o lo podemos hacer recordando todo aquenio que sentimos que nos aleja de Dios y que nos lleva por el camino del desamor, es decir que evita que tengamos una relación íntima con Dios. 

Ahora, hasta hay aplicaciones que te ayudan o que te sirven de guía para hacer este examen de conciencia. 

Nuestros hijos también lo deben hacer para que aprendan y lo tomen como un estilo de vida. Y son muy pequeños, es muy bueno que comiencen a darle cuenta de lo que han hecho con mala intensión y lo que, a pesar de que saben que va a lastimar la los que los rodean, han realizado con gusto y a propósito. 

SEGUNDO. Pide perdón y perdona.

Llega el tiempo de sacudir la casa para poder ver lo que está más profundo y poder trabajar en eso. 

Pedir perdón y perdonar nos capacitan para dar un paso más y tratar de convertir el corazón. 

Para realizarlo es necesario hacer uso de la humildad, que nos permite reconocernos débiles y limitados por lo que nos equivocamos muy seguido y lastimamos a los que nos rodean, aun sin tener la intención de hacerlo, aunque muchas veces lo sabemos y aun así preferimos salirnos con la nuestra. 

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