Ciudad de México. – Los padres que educan para la libertad ayudan a cada hijo a reflexionar sobre las exigencias del don de la libertad.
No se trata de suplantar su voluntad señalándole en cada momento lo que debe hacer, sino de colocarse frente a su responsabilidad y de ayudar a tomar sus propias decisiones.
Para educar la libertad, debemos enseñar a pensar, a informarse, decidir bien, elegir bien, aceptar bien y a realizar lo decidido. Por eso hay que enseñar a los niños y jóvenes a distinguir entre lo bueno y lo malo, y lo mejor de lo bueno y animarlos a que se decidan siempre por lo mejor, agradable, lo cómodo o lo fácil.
Educar para la libertad es lograr que los hijos sean autónomos, responsables y capaces de tomar sus propias decisiones. Se les debe enseñar a pensar antes de decidir, y aceptar las consecuencias que se derivan de sus decisiones.
Para que los hijos sean capaces de decidir por sí mismos
• Darles tanta libertad como sean capaces de administrar.
• Concederles márgenes crecientes de responsabilidad y de libertad.
• La clave está en la convivencia dialogante, con respeto mutuo, sin autoritarismo.
Para fomentar la responsabilidad es necesario
• Establecer normas y límites.
• Dar responsabilidades según la capacidad del niño.
• Ser coherente, no cambiar.
• No ser arbitrario.
• Reforzar su responsabilidad con pequeñas recompensas.
Si deseas conocer más sobre la educación de la libertad, te invitamos a leer el artículo Educar en y para la libertad de José Antonio Alcázar Cano.
La realidad social presenta perfiles contradictorios: por una parte, parece que se considera la libertad como el valor supremo y, por contra, se huye de la auténtica libertad, la libertad íntima e interior, que es dominio de sí, señorío sobre los propios actos.
Lo puedes consultar en https://educrea.cl/educar-en-y-para-la-libertad/