Por Silvia del Valle
En nuestros días la palabra amor se ha desgastado porque la han comercializado y la han convertido en un objeto de compra venta, quitándole el sentido profundo.
Pero nosotros como papás, tenemos en nuestras manos educar a nuestros hijos en el amor, enseñándoles así, su sentido más trascendente que es el Amor de Dios, para contrarrestar lo que la sociedad consumista nos quiere imponer.
Yo sé que puede ser difícil porque eso ya no está de moda, pero en realidad, la Caridad, el Amor de Dios es eterno, no tiene fin. Por eso aquí te dejo mis 5Tips para enseñar a nuestros hijos a amar con el verdadero Amor.
PRIMERO. Que aprendan a ser pacientes.
El amor es paciente así que, si nuestros hijos practican la paciencia y la ofrecen, estarán practicando el amor a los demás.
Y la familia es un lugar privilegiado para hacerlo ya que convivimos juntos por muchas horas y cada miembro de la familia tenemos gustos y necesidades distintas por lo que todos debemos practicar la paciencia para tener un ambiente agradable.
Que sean pacientes con sus hermanos, que sean pacientes con sus papás, que sean pacientes con sus amigos y sobre todo que sean pacientes con ellos mismos.
SEGUNDO. Que se alegren con los logros de los demás y que no presuman los suyos.
El amor no es envidioso por lo que debemos enseñar a nuestros hijos a alegrarse con la felicidad de los demás.
Y esto lo logramos si hacemos que todos los miembros de la familia compartan sus logros y sus frustraciones, nosotros lo hicimos por medio de una pequeña junta de recapitulación del día antes de cenar.
La dinámica era muy sencilla, cada uno tenía un turno de 3 minutos para platicar cómo estuvo su día y después todos le dábamos unas palabras. Esto ayuda mucho a ser empáticos y sensibilizarnos para alegrarnos con lo que les alegra a los demás.
Pero también el amor no es presumido ni engreído así que debemos educar a nuestros hijos para que no presuman lo que tienen, porque no es por mérito propio, sino que todo es don de Dios.
Es mejor que les enseñemos a dar gracias a Dios por todo y a ofrecerlo para beneficio de los demás.
TERCERO. Que aprendan a no enojarse.
El amor no se irrita ni toma en cuenta el mal, por eso debemos acostumbrar a nuestros hijos a que le resten importancia al mal que les hacen.
También es necesario que sepan controlar su enojo y hasta que logren ofrecerlo. Esto se logra poco a poco, con pequeños ejercicios de virtud en la vida cotidiana, con sus hermanos y amigos, controlando su temperamento y conteniendo su enojo para que eviten que se convierta en ira.
CUARTO. Que busquen siempre la verdad y la justicia.
Y es que no podemos darles a nuestros hijos siempre por su lado para que estén felices y no hagan berrinches.
Debemos educarlos para que busquen la verdad, aunque no siempre les guste y la justicia, aunque no siempre esté de su lado.
Como niños es muy fácil mentir para que no los regañen, pero debemos hacerles conciencia que es mejor que digamos la verdad a pesar de que esto implique algún castigo, regaño o que les incomodé; pero que siempre es mejor decir la verdad y buscar la justicia, porque así se busca el bien.
Y QUINTO. Sepan que el amor no se acaba nunca.
Porque el que ama justifica, perdona, tolera, y es capaz de soportarlo todo por amor.
También es cierto que hay límites y que la dignidad de la persona debe ser siempre respetada, pero el amor siempre es más grande que cualquier daño que nos quieran hacer.
Es muy bueno que enseñemos a nuestros hijos a ser instrumentos que reflejen el amor de Dios para compartirlo con los demás y deben comenzar por la familia.
Qué bello es ver familias que permanecen unidas a pesar de los tropiezos y caídas de la vida cotidiana, de los malestares y de los sinsabores que el día a día nos presentan.
La sociedad actual nos invita a tirar lo que no sirve, a desechar lo que ya no nos gusta, a dejar lo que no nos complace, incluyendo a las personas que nos rodean; pero en nuestra familia podemos vivir la Caridad, es decir el Amor de Dios y podemos aprender a vivir conforme este Amor.