P. Ivan Diaz de León

Ama a tu prójimo sin límites. Ora por el mundo. Clama de rodillas por los que pierden la fe. Siente en tu pecho el dolor de los que viven sin esperanza y lleva a los pies del Creador tu súplica de forma tan verdadera, como si fuese tuya la desesperanza de tus hermanos.

Ama a tu prójimo sin límites y aprende a ayudarlos como Dios espera y no como tú quieres. Ama con el Corazón del Padre dentro de tu corazón y tú por entero dentro de Él. Así, sabrás amar más allá de las emociones y servir más allá de los impulsos del ego humano.

Tan solo amarás porque el amor vive en ti y no te gratificarás por vivir el amor, porque el amor es en ti, y de forma natural, te lleva a la donación de ti mismo.

¿De qué vale el amor si no es para ser donado?

Ama a tu prójimo sin límites, con oraciones, con silencio, con servicio, con comprensión, con acogimiento, con una sonrisa, con una corrección, con una advertencia, con un abrazo, con un cuidado o con un distanciamiento si él fuera necesario. Ama como cada uno necesita ser amado y no como tú necesitas amar.

Ama y entrega al otro tu amor, aunque para ti la forma de hacerlo cause dolor.

Aprende a donar, a ser y a vivir la Ley del Amor, que es la Ley de esta Tierra, es el principio y el fin de la existencia humana.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”.

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