Cancún, Quintana Roo.— La presencia de Dios sobre la creación es fuente de vida, Él es el principio y fin de las cosas y de las personas, creadas a su imagen como a su semejanza.
La palabra de Dios, se presenta fuerte y creadora, a la vez que crea de la nada, seduce con potencia los corazones nobles.
En cada etapa de la creación se repite, el estribillo, “Dios dijo”, palabra dulce y estremecedora, por lo que el hombre no debe perder de vista esa palabra, sobre todo al contemplar la creación que es elocuente cuando mira y descubre en ella a su auténtico creador.
La expresión representa la realidad de la satisfacción de Dios al contemplar su obra y la bondad de las cosas creadas. Todo lo que salió de sus manos es bueno. No existen cosas malas. El vino, las drogas., son buenos. Hasta el veneno es bueno. Lo importante es saber usar. La ciencia se sirve de estas, para hacer medicinas que curan las enfermedades: se cuantifican escrupulosamente para lograr el objetivo propuesto. El mal uso de lo que Dios ha creado perjudica y destruye al hombre.
La ciencia no se opone a la Biblia
Muchos se ríen de esta forma tan ingenua de presentar la existencia de las cosas, sin embargo, no hay que detenerse en palabras aisladas, sino en la belleza poética de la narración del significado profundo que encierra. El poema expresa que todo es obra divina, Él creó todo, poco a poco, en el tiempo, hasta crear al hombre.
La verdadera ciencia no se opone a la enseñanza bíblica, como la teoría de la gran explosión: no afirma que todo salió de la nada, sino que existía una inmensa masa que explotó, y que, a través de miles de millones de años, a partir de las partículas surgidas de esa explosión, se concretizaron todas las cosas que forman el Universo. Si esto pudiera comprobarse, igualmente sería inevitable pensar en que aquella masa debió tener alguna causa: Dios está al principio de todo.
Esto de “día primero”, “día segundo” …, se interpreta como primera, segunda época o etapa. Lo importante es admitir que la existencia salió de las manos creadoras de Dios. La posible modificación, si se realizó, es obra de Dios, quien dio a la primera creación esa fuerza intrínseca para llegar a ser lo que ahora es. (Gén 1, 8).
La humanidad inicia con la bendición del Creador
Luego de crear el cielo, la tierra, el mar y cuanto vive en ellos, Dios crea al hombre como culmen de toda la creación, ¡lo crea a su imagen!, es decir, que el hombre no se parece a Dios en lo exterior, sino en lo más profundo de su ser, por tener un espíritu proyectado a la eternidad. Dios lo crea, le da su amor misericordioso y lo lanza a la eternidad para gozar siempre con Él. Los hombres deben respetarse y respetar a los demás.
Derechos divinos del hombre
Hoy se habla de los “derechos humanos”, sin embargo, los cristianos están llamados a respetar los derechos divinos de cada hombre, porque en cada persona está la imagen de Dios. La enseñanza de Cristo “todo lo que hicieron a uno de estos hermanos míos más humildes, a mí, me lo hicieron” (Mt. 25, 40). Quien se sienta hijo de Dios debe sentirse hermano de los demás y actuar en consecuencia, respetar, amar y servir al prójimo. El Señor creó al hombre a su imagen y le dio poder sobre toda la creación, por lo que, exulta de gozo cuando dice “¿Qué es el hombre?, ¿Por qué te preocupas por él?, pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad, le diste autoridad sobre tus obras, lo pusiste por encima de todo”. (Sal 8, 4-8). Dios al bendecir al hombre y a la mujer: pareja humana, lo hizo para que se multipliquen, llenen la tierra y dominen la creación sin destruirla. (Gen 1, 28). Periodismo es la disciplina de recopilar, analizar, verificar y presentar las noticias corroboradas sobre eventos actuales, tendencias, cuestiones y personas.