En un mundo cambiante, los cristianos, católicos auténticos, convencidos de  su fe, dejarán de ser parte de una cristiandad de grandes multitudes de masa y totalidad para formar parte de un cristianismo de convicción personal en pequeñas comunidades parroquiales, comprometidos a llevar una vida verdadera, profunda motivada en la fortaleza, apoyo de los apostolados donde emergerán grandes discípulos, apóstoles, soldados de Cristo, defensores de los valores, en el cristianismo del futuro; con está festividad inicia el tiempo de adviento a la llegada del Señor en Navidad.

Konaté Hernández

Cancún, Quintana Roo. – El Reino de Cristo es acoger su reinado en el corazón, en la casa, en la Patria y ayudar a otros a vivir los valores de la misma manera, indicó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, en la Solemnidad de Cristo Rey.

El grito de Viva Cristo Rey es de fe, esperanza, santidad, respeto a la vida, familia, al matrimonio, a la libertad de conciencia, al pensamiento, a los valores, precisó.

Reiteró que la libertad es elegir y profesar la creencia de nuestra preferencia, nadie puede coartar la libre decisión, ni intentar destruir un reino que es en el interior del hombre y es infinito. Los padres deben educar a sus hijos, acoger y acercarlos al reino y hacer crecer en el corazón, el hogar y la Patria, como valientes defensores de la fe, de acuerdo a su disponibilidad, y al tiempo que les dediquen.

Los Sacramentos son fuente de vida

Un reino que consiste en dispensar la gracia de Dios a través de los Sacramentos de la Reconciliación, Comunión, Bautismo, Confirmación, del Orden Sacerdotal, como fuentes que alimentan, fortalecen, iluminan, y mantienen la firmeza en medio del complicado, difícil y dramático mundo que nos toca vivir.

La predicación, bienaventuranzas, mandamientos, enseñanzas del Señor dan la luz y fuerza para vivir en paz, sanos, felices, animados a salir adelante; el reino de Jesucristo es espiritual, real y verdadero, como el aire que respiramos aunque no se vea, porque es invisible, misterioso y que está dentro de nosotros.

De cristiandad a cristianismo de convicción

Toca al laicado trabajar, establecer y hacer crecer el reino de la fe, esperanza, amor, santidad a la vida, para que Cristo reine de verdad en cada persona, en la comunidad, en esta nueva etapa de la cristiandad multitudinaria de masa total, de una sociedad que no hace caso, y quiere cambiar leyes y costumbres, a vivir un nuevo cristianismo de convicción personal en pequeñas comunidades parroquiales y apostolados.

Un compromiso de los apostolados encontrar la verdadera, profunda y cristiana vida motivada en la fortaleza, apoyo en el reino de las pequeñas comunidades, donde está el futuro del cristianismo y donde emergerán los grandes discípulos, apóstoles, soldados de Cristo defensores auténticos que vivan los valores por convicción.

Es un tiempo en que se da la libertad religiosa, para respetar a todos los cristianos, católicos, convencidos que crean y difundan el reino espiritual, eterno de Cristo que nadie puede destruir, como hace un siglo, cuando algunas personas, con la idea de limitar la libertad religiosa, no dejaban opinar ni decir nada al callar a sacerdotes, obispos, intentan sofocar, destruir la fe del pueblo y confundir el reino de Cristo con el poder político temporal sin entender que el Reino de Jesucristo es espiritual y no es de este mundo, concluyó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.

Cabe destacar que, de manera simultánea, se realizaron ordenaciones diaconales en la Catedral de la Santa Cruz y Santísima Trinidad y se procedió a la clausurar el Año de la Iglesia.

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