Konaté Hernández/PERIÓDICO SAGRADA FAMILIA
Toro Prieto, Veracruz.— Pintoresca y pequeña comunidad costera donde se respira una arraigada devoción a San Juan Evangelista, en Toro Prieto.
Perteneciente al municipio de San Andrés Tuxtla, al llegar, lo primero que se visualiza es un letrero que da la más cordial bienvenida a visitantes y turistas nacionales y extranjeros.
Es un pueblo donde las calles combinan el concreto y la tierra, lo que recuerda la cercanía con la naturaleza, con el hombre y con Dios.
La calle principal, pavimentada y bien cuidada, va directo a la playa, donde las olas del Golfo de México tocan suavemente la arena. A un costado, las palapas ofrecen sombra a los visitantes que llegan a disfrutar del mar, por uno o varios días.
El principal tesoro es su río, que atraviesa la comunidad y le da vida a su entorno. El agua serena refleja los árboles que lo rodean, y es ahí donde muchos visitantes vienen a remar, nadar o simplemente sentarse a escuchar el murmullo del agua. Este río, junto con la playa, forma el corazón del turismo local.
En el centro se encuentra la pintoresca capilla dedicada a San Juan Evangelista, sencilla por fuera, bien iluminada por dentro. Sus bancas de madera y ventanas altas, es punto de reunión para las celebraciones Eucarísticas y oraciones de la comunidad.
Las casas, de construcción modesta y colores vivos, muestran el esfuerzo de las familias que viven principalmente de la pesca y el turismo. Cada día empieza con el sol saliendo entre las palmas y termina con la brisa del mar que refresca los hermosos atardeceres.
Toro Prieto es un de sitio que conserva su esencia, simplicidad y tranquilidad donde la hospitalidad de su gente en cada esquina.
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