Redacción/PERIÓDICO SAGRADA FAMILIA

Cancún, Quintana Roo.— El respeto, la tolerancia y la legalidad son principios fundamentales en la convivencia social, comunitaria y familiar en Cancún.

Luego de un proceso de diálogo abierto, escucha activa y búsqueda de conciliación, se clausuró un espacio destinado al culto público.

La situación surgió durante el 2023, cuando vecinos de la Supermanzana 247, Manzana 16, del fraccionamiento Villas Otoch, presentaron quejas verbales a los servidores públicos por afectaciones derivadas de niveles de ruido recurrentes durante altas horas de la noche. Posteriormente, el 23 de julio de 2024, 38 vecinos formalizaron su inconformidad mediante un escrito para solicitar atención al respecto.

El secretario general del Ayuntamiento, Pablo Gutiérrez Fernández, junto con la directora de Asuntos Religiosos, Yendi Gabriela Martín Canché, se reunieron con representantes del Consejo Interreligioso de Quintana Roo, el Consejo Ministerial de Quintana Roo, la Iglesia Nacional Presbiteriana de México A.R., Pastores Unidos de Cancún, Comunidad Seamos Uno y Comunidad Amigos de Oración.

Durante el encuentro, presbíteros, pastores Armando Coria Mora y Eric Antonio Lievano Carpio reconocieron el trabajo cercano del Ayuntamiento para atender que los espacios de culto deben ser referentes de orden y buen testimonio en sus comunidades y llamaron a todas la Iglesia Católica y congregaciones de otras denominaciones a conducirse con respeto en su entorno social.

En todo momento, los religiosos priorizaron el diálogo hasta agotar las vías de conciliación mediante reuniones de trabajo, envío de oficios y un acuerdo firmado ante la Dirección de Juzgados Cívicos, que lamentablemente no cumplió el representante del espacio religioso.

Se destacó que, en el proceso de atención a los vecinos, se identificó que el espacio en cuestión no era propiedad privada, sino un área común destinada a los residentes de la zona. Además, el responsable del culto no presentó acreditación legal de ocupación, ni contaba con el registro correspondiente ante la Dirección de Asuntos Religiosos.

Todas las acciones implementadas por las áreas municipales se realizaron en estricto apego a la legalidad hasta buscar en todo momento la conciliación pacífica, y el respeto a los derechos de todas las partes y el fortalecimiento del tejido social.

Servidores públicos reafirmaron su compromiso de trabajar siempre desde el respeto, la promoción de la libertad religiosa y el fortalecimiento del diálogo comunitario. Creemos firmemente que solo a través de la construcción de consensos y la sana convivencia edificaremos una ciudad más justa, equitativa y en paz, de la mano de todas las comunidades religiosas y ciudadanas.

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