Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
REORGANIZACIÓN
Durante el tiempo de Cuaresma, en el monasterio tenemos más eventos comunitarios, lo que modifica el horario. Y, si tienes menos tiempo, ¿qué puedes hacer?
Mi primera respuesta siempre es… ¡¡correr más!! Lograr llegar a todo, multiplicando la velocidad. El problema es que me he dado cuenta que esta es una pésima estrategia.
Dicen que todos recibimos un vaso de cristal vacío cada mañana, ¡todos tenemos 24 horas!, sin embargo, cada uno decide de qué quiere llenar el vaso… y qué dejará fuera. Si intentas meterlo todo, ¡se romperá el vaso, tu corazón se quebrará!
Una vez alguien me dijo: “La clave es saber adaptarse a las circunstancias”.
De pronto he comprendido que, en este tiempo, mis circunstancias han cambiado, ¡no puedo pretender hacer lo mismo con menos tiempo! ¡Y ahí está el desafío! Descubrir qué dejar fuera del vaso y qué meter, o, en otras palabras, el desafío es definir mis prioridades.
Lo curioso es que el Señor no espera que hagamos mil cosas, que completemos cada día con la lengua fuera como si fuese una carrera de obstáculos. Al contrario. En su Palabra leemos:
“Pasé a tu lado y te dije: ‘¡Vive!’” (Ez 16,6).
Simplemente eso, ¡vive! Cada día es un regalo; pero, para disfrutar, para vivir, se necesita un ritmo, un tiempo.
Así pues, ante los cambios de circunstancias, la clave no es correr más, ¡sino detenerse! Pararse a descubrir qué queremos poner en nuestro vaso, sabiendo que cada “no” que decimos a lo urgente, protege y afianza nuestro “sí” a lo importante.
Hoy el reto del amor es dedicar un rato a disfrutar de algo que te guste, ¡y da gracias al Señor por ese regalo de Su amor!
VIVE DE CRISTO