Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
“YO SOY”
Si te pido que en una línea del tiempo sitúes el pasado y el futuro, ¿cómo lo harías? Por lo general, pondríamos el pasado a la izquierda y el futuro a la derecha.
Me impresionó descubrir que no es así para todos, pues esto viene marcado por la cultura y el idioma. Lo que nosotros imaginamos de una manera, por ejemplo, para quienes escriben en lenguas semíticas (de derecha a izquierda) es distinto: el pasado está a la derecha y el futuro a la izquierda.
¿Y desde la Fe? ¿Cómo es nuestra línea del tiempo? Los años los ciframos en Antes de Cristo y Después de Cristo. Cristo cambió todo en la historia y en nuestra vida. Nuestra línea no tiene como punto de referencia a nosotros, sino a Él.
Él es el punto central, el que hace que la línea se convierta en un solo punto. Así como las fechas están marcadas por todo un Dios que se hace uno con nosotros, tu vida se define de la misma manera. Cuando tienes un encuentro con Cristo, cuando Él entra en tu vida, tu pasado cobra sentido en su Amor. Todo queda en Sus manos.
El futuro pertenece a Cristo, y el corazón descansa: nada hay que temer. Nuestra vida toma un rumbo nuevo; todo se dirige a Él.
Por lo tanto, nuestra vida y nuestro tiempo se representan de una manera universal: con un punto. Cristo es el eje central. Él se hace presente en tu hoy, en tu ahora. Es un Dios del presente continuo.
Todo lo vivido, cobra sentido en Él, y tu futuro ya no es incertidumbre, sino descanso en su Amor.
“Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6).
Jesús dice “Yo soy”… No dice “fui” o “seré”, sino “Yo soy”. Es el “Yo soy” del Señor para ti, en tu vida, aquí y ahora.
Hoy, el reto del Amor es que te sitúes en “el punto del tiempo”. Lee 5 minutos el Evangelio y descubre el “Yo Soy” de Cristo para ti en lo que estás viviendo. Confía. Él está en tu presente.